Con la ola de interés sobre el eclipse del 2 de julio, algunas personas ya están pensando en aquellos aspectos de la naturaleza que pueden ser afectados por la baja de luz durante ese día, desde el comportamiento de animales, plantas hasta la forma de soplar del viento, entre otros fenómenos.
Gran expectación genera en la Región de Coquimbo el eclipse total de sol que se producirá el 2 de julio. Pero las miradas no estarán puestas solamente en el cielo, también existe curiosidad sobre el comportamiento que tendrían animales y plantas ante la ausencia de luz.
El cambio en el comportamiento de las aves, sería de los efectos más visibles de este evento astronómico. Paula Plaza, investigadora asociada al CEAZA, explica que “en la literatura existen pocos ejemplos documentados de los efectos de un eclipse solar sobre las aves. Sin embargo, en la mayoría se concluye que la disminución de luz es suficiente para interrumpir su conducta habitual. Algunos ejemplos encontrados son en aves como garzas diurnas, en las que se ha observado retorno temprano a sus zonas de reproducción; algunas gaviotas se posan sobre el agua sin actividad; mientras que en pelícanos y fragatas se ha registrado la desaparición de los individuos de las áreas de observación”.
Estos cambios de comportamiento se deben a la influencia de la luz sobre estos animales. De acuerdo a la especialista “la intensidad de la luz puede regular el ciclo circadiano, entendido como cambios físicos o conductuales que siguen un ciclo diario. Además, los niveles de luz también actúan regulando la señalización para producción de hormonas que se asocian a la migración, coloración de plumaje, crecimiento gonadal y conductas asociadas a la reproducción”.
Estos cambios de comportamientos de las aves, son un atractivo que se suma al espectáculo que se podrá ver en el cielo. “El eclipse solar es ideal para motivarse y salir, antes durante y después, para observar aves”, plantea la Dra. Plaza.
¿Qué pasa con las plantas?
La flora también presentaría cambios ante la ocurrencia de un eclipse. Enrique Ostria, fisiólogo vegetal del CEAZA, explica que el fenómeno más común es la nictinastia, referido al cierre de hojas o pétalos durante la noche que experimentan algunas plantas. Además, el experto indica que “aunque el tiempo de duración del eclipse es breve, las plantas tienen algunas reacciones bioquímicas que involucran, por ejemplo la actividad fisiológica de algunos pigmentos protectores del exceso de luz. Sin embargo, estas reacciones no puede visualizarse a simple vista y tienen que ser observadas con instrumental especializado”.
A lo anterior, Patricio Manríquez,investigador asociado al CEAZA, agrega que existen registros de dichos procesos bioquímicos de las plantas. “Durante el eclipse total de sol del 22 de julio de 2009 se registraron cambios a nivel microscópico en plantas como portulacas (Portulaca oleracea) y coronillas (Phyla nodiflora) (disminución de clorofila y de fotosíntesis)”.La misma fuente a la que hace referencia Manríquez señala que existen efectos menores en vientos registrados en el eclipse solar del año 2009.