Una de las dificultades que afecta a la producción de moluscos de alto valor comercial, como el abalón, es el estrés. Algunos de los gatillantes serían cambios de temperatura, oxígeno, exceso de amonio falta o cambio de alimento, enfermedades que reducen sus probabilidades de supervivencia.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por el Laboratorio de Fisiología y Genética Marina (www.figema.cl) del Centro Científico CEAZA y de la Universidad Católica del Norte, los abalones rojos o californianos presentarían una correlación genética positiva entre el tamaño del animal y su resistencia a cualquier tipo de estrés. La resistencia al estrés medida como la capacidad de síntesis de las proteínas de estrés Hsp70.
“Lo que nosotros hicimos fue ver si este carácter (la síntesis de Hsp70) se heredaba en forma conjunta con otro que fuera fácil de medir, y obtuvimos que está correlacionado muy fuertemente con la talla a nivel genético, es decir, que si seleccionamos aquellos individuos de mayor tamaño también van a heredar una mayor capacidad de respuesta al estrés”, explica la Dra. Katherina Brokordt, ecofisióloga de organismos marinos del CEAZA y una de las líderes, junto al Dr. Federico Winkler del FIGEMA.
Estos resultados corresponden al proyecto “Efectos genéticos y ambientales en la asociación entre caracteres fisiológicos y productivos en el abalón rojo (Haliotis rufescens): prediciendo sus respuestas potenciales a la selección artificial”, financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT).
Abalón
El abalón es un molusco de exportación que se produce en la Región de los Lagos, principalmente. Los juveniles de esta especie se cultivan en su mayoría entre la Región de Atacama y la de Valparaíso, desde donde son enviados al sur de Chile para su engorda.
Según información de la FAO, Chile es uno de los 5 productores de abalón a nivel mundial (794 tons). Otros productores importantes son Australia, China, Corea y Sudáfrica.
Sensibilidad en híbridos de abalón
En otro de los estudios desarrollados por el Laboratorio FIGEMA se descubrió que los híbridos de abalones rojos y verdes (japonés) contraen “el síndrome del marchitamiento del pie”. Pese a que los híbridos son del mismo color del abalón verde, que es resistente a esta enfermedad, adquieren del abalón rojo su susceptibilidad genética frente a esta enfermedad.
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