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Pequeños estudiantes de la Escuela Municipal de Alcohuaz haciendo fila para observar en microscopio los bichos de las flores.

Una jornada marcada por el entusiasmo, la curiosidad y las ganas de aprender, fue la que vivieron los estudiantes de dos escuelas rurales de la Comuna de Paihuano. En la ocasión, representantes de la Universidad de Chile (UCh), el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y del centro científico CEAZA, realizaron talleres de Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela (EEPE) orientados a pequeños alumnos, con la idea de que conocieran el método científico simplificado y se transformaran por un instante en investigadores.

La actividad denominada “170 Escuelas- 170 Académicos y Académicas” forma parte de la celebración de los 170 años que cumple la Universidad de Chile. En este contexto y a propósito de la celebración de la XIX Semana de la Ciencia y la Tecnología, el IEB en conjunto con el centro científico CEAZA, en su plan de estrechar lazos estratégicos de colaboración para la difusión del conocimiento científico, coordinaron los talleres EEPE en escuelas que la misma universidad escogió y gestionó para su realización.

Nelida Pohl, Asesora en comunicación científica del IEB y Docente de la Facultad de Ciencias de la UCh, dijo que “la idea de esta iniciativa es llevar 170 académicos y docentes a diferentes establecimientos educacionales a lo largo de todo Chile, para dar una charla, un taller o alguna actividad relacionada con ciencia a estudiantes que no siempre tienen acceso a estas”.

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Alumna de 1º Básico de la Escuela Municipal La Ortiga contando los bichos que se paran en las flores.

Preguntas como ¿cuánto varia el recorrido de diferentes tipos de hojas al soplarlas?, ¿los polinizadores tendrán preferencias por algunas flores?, ¿qué verán los animales, aves o bichos desde su punto de vista? y ¿cuáles serán los mecanismos de dispersión de las semillas?, fueron parte de las indagaciones que alumnos de las escuelas rurales de La Ortiga y Alcohuaz del Valle de Elqui, tuvieron la posibilidad de dilucidar.

Ambos establecimientos educacionales unidocente y multigado, estaban conformados por alumnos de 1º a 6º Básico, que en total formaban grupos que no superaban los veinticinco estudiantes.  “Sin lugar a dudas es importante que los niños tengan acceso al método científico. Esto es un plus para su razonamiento y potencia aun más su sentido crítico”, afirmó Leonardo Ríos, Profesor encargado de la Escuela Municipal La Ortiga, y añadió que “la experiencia ha sido muy buena, porque he visto que los niños han desarrollado mejor su visión crítica, son más curiosos y se interesan por la ciencia”.

Miyarau Torres, alumna de 1º Básico de la Escuela La Ortiga señaló “me gustó la actividad porque miramos con lupa los bichitos que visitaban las flores y aprendimos harto”. En tanto su compañera de asiento, Elisa aseguró que “aprendí que de cosas muy simples podemos conocer mucho más”.

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Estudiantes exponiendo sus resultados y conclusiones luego de realizar las observaciones pertinentes.

En las dos escuelas los alumnos tuvieron la posibilidad de transformarse en científicos, utilizando para esto recursos existentes en su propio entorno y apoyándose del método científico simplificado y adaptado a ellos.

Luego de observar detalladamente y sacar sus propias conclusiones, tuvieron que presentar los resultados a sus compañeros.

Los pequeños pudieron darse cuenta que para desarrollar ciencia no requieren necesariamente de instrumentos muy sofisticados, ni de un vocabulario muy rebuscado, “sólo precisan de un poco de curiosidad, estar atentos a su alrededor y usar todos sus sentidos para resolver las preguntas que surgen”, explicó Claudia Hernández, Encargada de difusión del centro científico CEAZA .

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