Durante la semana pasada estuvo de visita en la zona el Dr. Alan Kolok, ecólogo fisiológico y toxicólogo acuático de la University of Nebraska Omaha-UNOmaha.
El Dr. Kolok es un ecólogo fisiológico y toxicólogo acuático y Director de la Red de Cuencas de Nebraska (Nebraska Watershed Network) de la UNOmaha. Además, cuenta con una importante experiencia en temas de ciencia ciudadana, que lo vinculan con investigadores de la Universidad Católica del Norte y del Centro Científico CEAZA.
Precisamente, este último tema lo llevó a mantener contacto con el Dr. Martin Thiel (UCN-CEAZA), quien es el director del proyecto Científicos de la Basura, que desde el 2007 ha aportado de manera significativa al desarrollo de la ciencia ciudadana en el país, muestreando las playas de Chile con la ayuda de cerca de 1500 escolares y profesores para conocer las cantidades de desperdicios presentes en esos lugares y abordar otros interesantes temas relacionados con el medio ambiente.
“Realmente, el trabajo de Martin me sorprende y también me entusiasma. En Estados Unidos tenemos cerca de 3.200 km y acá ustedes tienen aproximadamente 4.800 km de costa marina. Ambos son modelos similares. También ustedes tienen este medioambiente bien largo y angosto, que ha sido monitoreado con gente a gran distancia dentro de Chile, lo que es semejante a nuestra investigación a lo largo de Estados Unidos”, dice el científico Norteamericano.
Participación ciudadana en Nebraska
La experiencia del Dr. Kolok en investigación en ciencia ciudadana comienza en 2011, cuando trabajaba en la cuenca del río Elkhorn en Nebraska. Una cuenca de aproximadamente 300 millas de largo (cerca de 482 km) y de 10 mil kilómetros cuadrados.
El investigador explica que se trata de un río bastante grande, que corre de Oeste a Este, cuya ribera es predominantemente utilizado para ganadería y agricultura. En este ambiente se utiliza un químico herbicida llamado atrazina aplicado, principalmente, en cultivos de maíz. Este químico ha sido catalogado como agente de interrupción endocrina (hormonas), que feminiza a algunos animales acuáticos, especialmente las ranas. También se ha demostrado que tiene resultados adversos en la formación de fetos humanos.
“A partir de esto queríamos conocer cómo la atrazina se mueve a los largo del río. Para eso utilizamos un test, similar al del embarazo, que nos indica con barras la presencia o ausencia de este químico. Entonces lo que yo quería hacer es distribuirlos entre ciudadanos que vivieran en toda la cuenca, que fueran a terreno y tomaran las muestras, lo que solo tarda 10 minutos. Luego esperamos que ellos subieran la información a un sitio web que les indicamos. A través de este método recibimos en un día 120 muestras de toda la cuenca”, señala.
El especialista cuenta que al comienzo de este trabajo él y su grupo estaban bastante nerviosos, porque pensaron que no tendrían a nadie que quisiera tomar las muestras.
“No teníamos idea de los exitosa que sería la participación de toda esta ciudadanía. Recurrimos a diferentes escuelas, grupos medioambientalistas para conseguir gente, pero no sabíamos si realmente lo iban a hacer. Entonces éramos yo y tres alumnos más a cargo de la idea”.
2.000 millas de muestreo con apoyo de la gente
Después de esa primera experiencia el científico se convirtió en el director de la Red de Cuencas de Nebraska (Nebraska Watershed Network). Durante el 2014, a través de esta red de apoyo, Kolok y su grupo quieren desarrollar un programa para implementar el mismo tipo de trabajo que hicieron en la cuenca del Elkhorn, pero a lo largo de todo el río Mississippi (algo más de 3.200 km o 2.000 millas).
“Trataremos de conseguir tanta gente como nos sea posible, con el fin de muestrear todo el río, en un solo día. Este es un río que va desde Nueva Orleans hasta Minnesota, entonces vamos a ponernos en contacto con grupos de universidades de las principales ciudades de la ribera del río, para que ellos hagan el monitoreo. Para hacer esto, la red tendrá diez o quince estudiantes, que a su vez tendrán asignada una ciudad y serán responsables de generar el entusiasmo necesario para colaborar con este trabajo”.
Kolok explica que con este muestreo se pretende conseguir una foto del medio ambiente de un día específico. “El problema es que como se trata de un río el agua está siempre moviéndose y la gente puede muestrear dos veces el mismo tipo de agua, por lo que la resolución de los contenidos del río se diluye, por eso queremos tener esta toma de un día para saber cómo ocurre”.
Para esta labor tendrán que verificar que lo hecho anteriormente en 300 millas es valido para 2 mil.
“Luego, una vez que tengamos el muestreo hecho debemos preguntarnos ¿es necesario repetir el muestreo una vez por semana?, por ejemplo; ¿debemos utilizar otras herramientas?; y si tenemos que utilizar otras herramientas, ¿deben ser algo más sofisticadas?. Y relacionado con este último punto, quisiéramos tener alguna retroalimentación de los usuarios locales del agua. Lo que queremos es en realidad desarrollar una red de gente que trabaje conjuntamente, relacionados con una base de dato centralizada”.
Revela que no saben exactamente cuántas personas son las que muestrean efectivamente en estas campañas pero si que llegan a alrededor de 35 a 40 grupos. Como organización ellos se comunican con las escuelas o agrupaciones mediaombientalistas y motivan para el muestreo.
“Creemos que la gente está sensibilizada por los temas medioambientales, porque es su entorno inmediato, ellos viven allí, es donde crían a sus hijos, donde hacen sus vidas. Cuando tu hablas de la calidad del medioambiente del lugar donde la persona vive su rutina diaria la mayoría nos interesamos. Realmente estamos impresionados por la motivación de la gente por hacer este tipo de trabajo”, asegura.
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