Al llegar a este nuevo aniversario, el centro científico CEAZA se destaca entre sus pares a nivel nacional con aportes a la ciencia y a la comunidad de la Región de Coquimbo, que le permiten proyectar su labor en áreas como la climatología, meteorología, oceanografía, biología, conservación, hidrología, glaciología, entre otras.
Solo durante el último año el centro ha recibido un financiamiento total aproximado de 2300 millones de pesos. Cerca de la mitad de ellos por proyectos obtenidos a través del sistema de financiamiento público y privado de iniciativas científicas. La otra parte financiada por el Gobierno Regional y la Comisión de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT).
Según su director ejecutivo, Bernardo Broitman, el CEAZA ha aportado en diferentes aspectos a la región, entre esos a explicar los procesos que afectan nuestros sistemas naturales a políticos y productores, junto a los mismos ciudadanos. También ha colaborado con triplicar la inversión en investigación en la zona entre 2005 y 2012; junto con liderar el debate nacional sobre financiamiento de la ciencia en regiones, a través de su participación en diversas instancias como la Comisión de Desafíos del Futuro del Senado de la República.
“El trabajo del centro está marcando un importante hito, ya que demuestra que el desarrollo del conocimiento de primer nivel, se puede hacer en regiones y este conocimiento puede tener un impacto transversal, trascendiendo la coyuntura política. Durante sus once años CEAZA se ha relacionado con cinco administraciones del Gobierno Regional, de distintas posiciones políticas, instalándose en la región como un ente de interés público, útil para la sociedad”, afirma.
Algunos aportes
A juicio de Luis Moncayo, presidente de la Corporación CEAZA, parte de la validación del Centro a nivel local y nacional se manifiesta en la utilización de su capacidad predictiva de escenarios climáticos, por parte de los tomadores de decisión, en una realidad ambiental cambiante.
“Hoy el CEAZA es un referente regional y nacional en este ámbito, basado en el conocimiento acumulado sobre el ecosistema del Norte Chico”.
En ese sentido, uno de los trabajos que se ha destacado durante los últimos años, especialmente en la prensa y entre la comunidad que hace uso de ella, es el proyecto del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R), que ha aportado a la ampliación de la red de monitoreo ambiental de la región, con cerca de cuarenta estaciones meteorológicas que se pueden seguir en la página web www.ceazamet.cl.
Gracias a este aporte los ciudadanos de la región y de cualquier rincón de Chile y el mundo, con una conexión a internet, pueden conocer en línea datos de lo que ocurre con el tiempo en casi toda la región. A través de este mismo proyecto también se ha potenciado la capacidad de modelamiento matemático, que hoy se refleja en pronósticos del tiempo a cinco días y en alertas de precipitaciones que emite el CEAZA y que constantemente utilizan diversas instituciones públicas y privadas para su toma de decisiones y la prensa para informar.
De la misma manera, estudios de microbiología y biología molecular, también financiados por el FIC, están aportando a que la agricultura disminuya su uso de fertilizantes químicos, mejorando de esta forma sus procesos productivos. Además, estos trabajos están ayudando a que los acuicultores mejoren los tamaños de su productos, su tolerancia a enfermedades, entre otras cualidades que finalmente se espera sean recibidas por el público en productos como los ostiones que se consumen en restaurantes y en los hogares.
También áreas relativas a la conservación de la biodiversidad ayudan a proteger nuestro patrimonio natural en diferentes partes de la Región y del Norte de Chile, inclusive en el área insular. Así también la paleontología y la paleoclimatología nos ayudan a conocer el pasado de nuestra zona, desde los vestigios animales y climáticos para saber como afectaron a nuestros antepasados y a partir de allí como nos proyectamos frente a eventos como el cambio climático.
Desde otro punto de vista, los estudios de hidrología están ayudando a conocer el comportamiento de las diferentes cuencas hidrográficas de la zona. Por su parte, la glaciología explica el comportamiento de los hielos y nieves en la cordillera, que aportan a la subsistencia de la vida. Para estos los investigadores deben movilizar instrumentos como estaciones meteorológicas a alturas por sobre los 4 mil metros, con fríos extremos en la cordillera, todo con el fin de recolectar datos para estos estudios. En tanto, la oceanografía intenta conocer el comportamiento de las corrientes marinas y cómo estas influyen en la riqueza de las costas de la zona a través de modelos matemáticos que permiten observar estas cualidades.
En el área de la difusión de la ciencia, a través de una iniciativa financiada por el Gobierno Regional, se ha puesto en valor en la comunidad la información científica sobre lugares con alto valor de conservación y turístico, recabada durante estos años de trabajo CEAZA y de otras instituciones científicas como el observatorio Tololo, la Universidad de La Serena, de la Universidad Católica del Norte y del Instituto de Investigaciones Agropecuarias. Todo este trabajo en beneficio del cuidado y buen uso de lugares como Punta de Choros y Caleta Los Hornos en la comuna de La Higuera.
Proyección
En el contexto de la transferencia de información científica, Claudio Vásquez, gerente Corporativo CEAZA, señala que en esta nueva etapa la institución debe ahondar en este acercamiento con la comunidad, especialmente en lugares donde aun no se ha llegado.
“El CEAZA entra en una fase en que debe aumentar su visibilidad y su impacto en el territorio. Cuando hablamos de territorio nos referimos a llegar no solo a los tomadores de decisión de los centros urbanos. Ampliar nuestra territorialidad implica llegar a localidades más aisladas, al cordón andino de nuestra región, llegar a sectores rurales, a toda la sociedad. De esta manera, apuntar a que, a través de la ciencia, se mejore el bienestar social y la calidad de vida de los habitantes de la región de Coquimbo”.
Moncayo considera que el CEAZA ha colaborado en el ámbito de la divulgación, como espacio de acercamiento a la ciencia de las nuevas generaciones.
“Nos gustaría que en el futuro cercano la región se ubique en la perspectiva de la sociedad del conocimiento y que el CEAZA sea uno de los pilares de esa realidad”.
El directivo también apunta a que para esta realidad sea posible es necesaria la continuidad del centro aspecto que espera siga siendo apoyado por la autoridad política.
La institucionalidad que enmarca al CEAZA es parte de una política de Estado y, en consecuencia, aspiramos a que continúe recibiendo apoyo del Gobierno Regional. Además, estamos seguros que el Centro seguirá demostrando su capacidad de atraer recursos y de hacer ciencia y tecnología no solo por el afán de avanzar en el conocimiento sino, sobre todo, en función de mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región de Coquimbo.
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