Capacitación ofrecida por los Científicos de la Basura estuvo dirigida a profesores de enseñanza básica y media.
Más de cuatro años han pasado desde el tsunami que afectó al país en febrero de 2010; sin embargo, sus huellas aún son visibles en las playas de Juan Fernández. En efecto, los residuos que botaron esa noche las olas forman parte del problema de la basura que afecta a la isla y que preocupa a sus habitantes, entre ellos los tres profesores de la escuela insular Robinson Crusoe que esta semana participaron en la capacitación para profesores de enseñanza básica y media realizada en la Universidad Católica del Norte.
Este primer taller zonal de docentes – que también se realizará en Antofagasta y Valdivia – se desarrolló en el marco del proyecto “Islas Oceánicas: Testigos del viaje de los plásticos”, que están llevando adelante este año los Científicos de la Basura, con el patrocinio de la UCN, el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) y EXPLORA de CONICYT.
La jornada buscó preparar a los asistentes, para que lleven adelante investigaciones propias y las pongan en práctica con sus alumnos en sus respectivos establecimientos a lo largo del país.
En este contexto, los profesores realizaron investigaciones acerca de la basura en zonas silvestres de la comuna como el humedal “El Culebrón”, la zona costera de “La Pampilla” y el cerro “El Sauce”, donde observaron una gran cantidad de desechos de origen local. En esos lugares procedieron a identificar y cuantificar los tipos de residuos, para así tener un catastro de los materiales más abundantes como plásticos y latas.
Manejo de residuos
La basura en Juan Fernández es un problema de larga data, pero se ha incrementado en el último tiempo con los residuos que devolvió el mar después del tsunami, también por las construcciones que no se han terminado, comenta Nelly Figueroa, profesora básica con mención en ciencia del colegio R. Crusoe. “En todo este tiempo no ha vuelto a ser la isla bonita y presentable que teníamos previo a este evento”, advierte.
Frente a esta situación, el municipio local está impulsando un plan de manejo de residuos sólidos que apunta al 40% de la basura, que es la orgánica. Asimismo, está implementando composteras de reciclaje en cada hogar, plan apoyado por monitores que capacitan a las familias. Esto último, dice Nelly Figueroa, puede ayudar a reutilizar los desechos orgánicos para mejorar la tierra e incursionar en cultivos, “generar más cultivos para el autoconsumo, porque dependemos en todo sentido del continente”. Eso sí, advierte, “con un tratamiento adecuado para evitar la propagación de la semilla y que no se pierda lo endémico que tenemos en la isla”.
Además del compostaje, el colegio tiene su huerto, están incursionando en la creación de un banco de semillas en el colegio y además cuentan con un taller de reciclaje para niños de primero a sexto básico, a cargo de la profesora de ciencias Nayareth Castro, también participante en el taller efectuado en la UCN. Respecto a la capacitación, a la que fueron invitadas por los Científicos de la Basura, opina: “Sentimos que va a ser un aporte las herramientas y conocimientos que nos están entregando, por ejemplo en generar investigaciones, que los niños sean capaces de generar sus propias investigaciones y sean un aporte para la isla. Necesitamos generar conocimiento y reflexión con respecto al problema que tenemos con la basura y que los propios niños y después toda la sociedad isleña sean capaces de hacerse cargo de su propio problema, ya sea que generemos una isla autosustentable, creo que eso lo vamos a poder conseguir en esta capacitación”.
Apoyar a los alumnos
Papudo, comuna ubicada en la región de Valparaíso, tampoco es ajena al problema de la basura, en especial durante el verano. Por ello, la invitación a participar en esta capacitación fue acogida con entusiasmo por Lindsey Villarroel, profesora de inglés de la escuela básica de Papudo, quien, sin ser su especialidad, se hizo cargo el año pasado del taller científico. Este año, y con el apoyo de Explora Valparaíso, formaron una academia científica propiamente tal, que funciona con niños de quinto a octavo básico mayormente. Asimismo, desde el 2012 participan en los Científicos de la Basura “y como este año estaban enfocados hacia los profesores, los talleres fueron como anillo al dedo para mí”, dice la docente. Ahora, añade, “estoy segura que voy a adquirir las herramientas necesarias para poder ayudar a mis estudiantes a que ellos puedan obtener de mejor forma cualquier tipo de objetivo que se quieran plantear con respecto a alguna investigación”.
Además del Dr. Martin Thiel, quien lidera el proyecto, los contenidos teóricos y prácticos de la capacitación estuvieron a cargo de Claudia Hernández, encargada de divulgación científica del CEAZA. Uno de los talleres ofrecidos por la especialista fue “ecología en el patio de la escuela”, que utiliza una metodología llamada ciclo de indagación, que, según explica, es una simplificación del método científico, pero igualmente riguroso y concreto para hacer ciencia y aprender del entorno cotidiano e incrementar el conocimiento de primera mano.
En el marco del mismo proyecto, el equipo de los Científicos de la Basura lanzó al mar una boya que contiene botellas plásticas y un dispositivo GPS que envía datos de su ubicación, ilustrando la facilidad con la que se traslada el plástico por las corrientes marinas, y la durabilidad del material El desplazamiento de los residuos por los giros oceánicos no conoce fronteras, y esa misma boya con desechos que fue lanzada al mar desde Robinson Crusoe en enero, ahora se encuentra a la altura de Copiapó, viajando por el giro del Pacífico Sur, tal como lo hace la basura marina.
Historia de los Científicos de la Basura
Este programa de la Universidad Católica del Norte ha desarrollado desde el año 2007 investigación científica sobre el problema de la basura en la zona costera junto a escuelas de todo Chile. A través de los años se ha logrado formar una Red Nacional de Investigación Escolar, ejecutando diversos estudios de alcance nacional, sobre los residuos y la conducta de las personas respecto a la contaminación del borde costero.
Entre las actividades más importantes de los Científicos se cuentan los muestreos de basura realizados por escolares, que entregan un catastro tanto a nivel local como nacional, como también las soluciones que plantean los alumnos frente a tales resultados. A su vez y no menos importantes son las encuestas que buscan rescatar la información de la ciudadanía referente a la cultura de la basura y sus compromisos con el medio ambiente.
Fuente: Cecilia Becker, periodista Universidad Católica del Norte.
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