Una enriquecedora jornada fue la que vivieron ocho científicos pertenecientes a la Red Mundial de Sitios de Estudios Ecológicos de Largo Plazo (ILTER), luego de que visitaran el Parque Nacional Bosque Fray Jorge, uno de los cuatro ecosistemas chilenos que forma parte de esta red internacional.
La visita se enmarcó en dos hechos relevantes, por un lado, el XXII Congreso Anual organizado por el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), que por primera vez se realizó en Chile, en la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral (UACH), en Valdivia. Este encuentro, que congregó a líderes mundiales en las áreas de ecología y monitoreo de ecosistemas, buscaba visibilizar entre los miembros de la red, las diversas investigaciones desarrolladas en el mundo, con especial énfasis en los estudios efectuados en Chile.
Por otro lado, como parte de una de las primeras actividades de difusión, se contextualizó en la reciente adjudicación del proyecto FIC-R “Turismo y Ciencia en la Reserva de la Biósfera Fray Jorge”, iniciativa que desarrollará CEAZA en conjunto con el Observatorio Inter-Americano de Cerro Tololo, cuyo propósito es vincular el conocimiento científico con el turismo para otorgarle un valor agregado a esta actividad económica en la Reserva de la Biósfera y Starlight Fray Jorge.
La actividad en Fray Jorge estuvo apoyada por guardaparques de la CONAF y tuvo como objetivo principal mostrar a la comunidad científica internacional y a algunas autoridades, las investigaciones científicas realizadas en uno de los tres sitios de estudios socio-ecológicos de largo plazo existentes en Chile.
Red Internacional de estudio
La Red Mundial de Sitios de Estudios Ecológicos de Largo Plazo (ILTER), fue inaugurada en 1993 por iniciativa de la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos (US National Science Foundation), con el objetivo de promover el estudio y entendimiento de procesos a gran escala de tiempo. En la actualidad agrupa a expertos de 40 países, con más de 600 grupos académicos asociados y cuenta con sitios de estudio en los cinco continentes.
Chile se incorporó recientemente a la red con sitios que ya cuentan con investigaciones de largo plazo, ejemplo de ello es lo realizado en la Reserva Nacional Bosque Fray Jorge, lugar en el que se establecieron parcelas permanentes con estudios ecológicos de al menos 26 años. Otros sitios de estudios están ubicados en la Estación Biológica Senda Darwin (Chiloé) y el Parque Omora (Isla Navarino), que también son parte de la red.
Según lo señalado por los expertos, los estudios de largo plazo son fundamentales para verificar los impactos reales de fenómenos como el cambio climático, pues con ellos se pueden avalar algunas predicciones realizadas en torno a esto.
El Dr. en ecología de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y coordinador de la Red de Estudios de Largo Plazo, José Manuel Maass, explica que los sistemas de financiamiento para la ciencia a nivel mundial promueven la investigación de corta duración, es decir, que procesos que requieren de estudios largos, terminan realizándose en un lapso corto de tiempo.
“Los procesos en la naturaleza ocurren a diferentes escalas de tiempo y espacio; hay procesos que toman unos cuantos segundos en unas cuantas micras o procesos que toman cientos de años en cientos de kilómetros cuadrados. Entonces realmente nuestro entendimiento de cómo funciona el mundo está muy acotado, y detrás de la severa crisis ambiental que estamos viviendo, existe un poco esta falta de entendimiento acerca de de los procesos que ocurren a gran escala”, asegura.
Comenta además que el pertenecer a la red no garantiza recursos económicos para hacer ciencia, pero si otorga la posibilidad de conseguir esos recursos o aumenta la posibilidad para poder obtenerlos.
Los sitios de la red están montados en reservas o zonas que tienen cierta capacidad de mantener las instalaciones de las investigaciones por muchos años, sin peligro de que estos por cualquier razón, tengan que desarmarse. “Tratamos de establecer protocolos similares dentro de lo que se pueda, porque no hay manera de que todo mundo mida exactamente igual. Dentro de la heterogeneidad que tiene el proceso de investigación intentamos homogeneizar algunos métodos”, señala el Dr. Maass.
Ahora intentan darle un nuevo enfoque a estas “investigaciones de largo plazo ancladas en sitios”, a través de la incorporación de otras disciplinas para poder entender la complejidad de los procesos de forma integral, a esto le llaman investigación transdisciplinaria o socio-ambiental. “Se trata de hacer investigación para entender este sistema complejo que es el ambiente físico-químico, interactuando con el ambiente biológico, con los seres humanos, es lo que nosotros llamamos los ecosistemas”, declara el coordinador de la red.
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