A través de la presentación del estudio de los doctores Hervé Jourde y Jonathan Pourrier, ambos del Laboratorio de Hidrociencias de la Universidad Montpellier 2 (Francia); junto al trabajo de los doctores Shelley MacDonell y Eric Sproles, del centro científico CEAZA, se exhibieron en un taller, efectuado en La Serena, los avances y la proyección de la investigación colaborativa en recursos hídricos que el convenio entre el Departamento de L’Herault (Francia) y la Región de Coquimbo incluye en el área de ciencias.
Agua de nieve
Por medio de un análisis, efectuado sobre los procesos de transferencia e interacción de compartimentos hidrológicos, hidrogeológicos y de la criósfera en el Valle de Elqui, los científicos franceses constataron que, durante periodos de extrema sequía, el agua que recarga los acuíferos subterráneos de esa parte de la Región de Coquimbo provendría, en su mayoría, de nieve y hielo de alturas superiores a los tres mil metros.
“En períodos de derretimiento existe una parte que viene del glaciar, con almacenamiento en los glaciares rocosos y en los acuíferos que regulan los flujos de agua. Sin embargo, la mayoría del aporte hídrico viene de los años con mucha nieve, típicamente de un año El Niño, por ejemplo”, explica el Dr. Jourde.
¿De dónde viene el agua?
El Dr. Pourier abordó los componentes químicos que se encuentran presentes naturalmente en las fuentes de agua, cuenca arriba a más de tres mil metros de altura. La labor demostró la existencia de diversos niveles de contenido mineral en el recurso, moderados por su dilución, al confluir en los diversos tributarios del río Elqui.
“En el sector El Toro se puede observar que el pH es muy ácido, específicamente las concentraciones de sulfato, que son más altas (más de un gramo por litro), y en elementos traza como boro, cobre y manganeso. Aguas abajo, se encuentra el río la Laguna, que tiene un agua de mejor calidad y esta confluencia provoca un aumento (o neutralización) del pH que permite una mejor calidad de agua en el río Turbio”.
Además, el análisis isotópico en la zona superior de la cuenca los especialistas permitió constatar que en su mayoría el origen del agua es meteórica (agua contenida en la atmósfera, precipitación).
En tanto, en la parte baja de la cuenca, gracias a mediciones de la Dirección General de Aguas, los científicos observaron que en el sector del río Turbio existe una fuerte disminución del caudal que se explicaría por una transferencia del río hacia el acuífero.
Asimismo, en el sector de Río Claro, los resultados mostraron que los compartimentos aluviales superficiales y subterráneos intercambian agua.
“En invierno el acuífero contribuye al escurrimiento superficial y en verano el río recarga el acuífero”. “El análisis de los contenidos en elementos trazas y de las actividades en radón (elemento químico presente en la naturaleza) de las aguas subterráneas mostraron la existencia de interacciones entre los acuíferos aluviales y los acuíferos de roca (sustrato plutónico en la zona inferior o volcánico en la zona superior). Los datos indicaron que existe transferencia de agua desde los acuíferos de rocas hacia los acuíferos aluviales”.
Uno de los resultados destacados por los investigadores es la importancia que cumplen las diferentes secciones o compartimentos (hidrológico o de aguas superficiales, hidrogeológico o de aguas subterráneas y criosféricos o glaciares, hielo, nieve) que alimentan a la cuenca del recurso hídrico.
También relevan las interacciones entre los compartimentos que permite la regulación de la transferencia de agua desde la zona superior hacia la zona inferior.
Los especialistas proponen entre otras medidas ahondar en el origen del agua de la zona a través de la modelación del funcionamiento hidrodinámico del complejo glaciar, para mejorar la caracterización de los procesos de transferencia en los compartimentos y del efecto de regulación de los flujos de agua.
Barreras de nieve
En el área de la glaciología, la Dra. Shelley MacDonell (CEAZA) explicó el trabajo que se efectuará en la zona a través del recientemente obtenido proyecto de barreras de nieve del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC), financiado por el Gobierno Regional de Coquimbo. La iniciativa busca probar la factibilidad técnica del uso de estos dispositivos en la cordillera de la Región de Coquimbo, los que permitirían reservar el recurso que de otra manera se sublimaría (pasaría de sólido a gas, directamente a la atmósfera).
“Una barrera de nieve es una reja hecha de madera que retiene la nieve que vuela por el viento. También estamos pensando, en utilizar una hecha de arbustos para contribuir a la forestación y probar si elementos del entorno pueden ser útiles para esta idea”.
El proyecto trabajará en la cordillera de las tres provincias y se instalarán seis estaciones meteorológicas nuevas, solo para medir nieve, dos en cada provincia.
“Con los resultados que obtengamos realizaremos un mapa o plataforma geoespacial, que identifique los lugares idóneos dónde se podrían instalar barreras, si es que realmente al final del proyecto nos damos cuenta que vale la pena la instalación de estas herramientas”, señala la Dra. MacDonell.
En la presentación la científica exhibió gráficos basados en la nieve del último evento caído en el sector de las Hualtatas, Valle del Choapa, donde se produjeron condiciones ideales para probar barreras y su eficacia, debido a que el algunos sectores precipitó mucha nieve en corto plazo y desapareció rápidamente por efecto del viento.
“Esto es una señal muy buena de que si tuviésemos una barrera en uno de esos sectores podríamos bajar la velocidad del viento y mantendríamos más nieve en el suelo. Y como ese lugar hay hartos en la región”.
La investigadora también destacó el valor patrimonial y de reserva de recurso hídrico de los glaciares, junto con el potencial de los glaciares rocosos o de roca para la zona y la necesidad de estudiarlos como posibles fuentes de agua.
Academia de recursos hídricos
Por su parte, el Dr. Eric Sproles (CEAZA) dio a conocer el trabajo que desarrolla con escolares de Pisco Elqui, a través de una academia de recursos hídricos, instancia ejecutada en el marco del proyecto “British Council”, por medio del que también se analizan isótopos en la cuenca de Elqui, para conocer la procedencia específica del agua (nieve, precipitación líquida, hielo).
“La academia se realiza todas las semanas con teoría y práctica sobre procesos en torno a los temas de agua. El objetivo es desarrollar conciencia sobre el manejo de los recursos en el futuro, como parte del cambio cultural. Si podemos cambiar la forma en que piensa la base de la comunidad, representada en los menores, podemos ayudar mucho. Esperamos poder aplicar este tipo de academia en los otros valles de la Región también”, propone el Dr. Sproles.
También explicó sobre otro proyecto FIC, adjudicado a CEAZA, para establecer una red de monitoreo, en tiempo real, que permita levantar datos sobre agua de nieve, fusión y aguas subterráneas en las cabeceras de las cuencas de Elqui, Limarí y Choapa.
“En la primera fase queremos vincular las aguas subterráneas, en las partes superiores, para ver cuándo comienza la recarga en los acuíferos. Para comprobar en que parte de la primavera ocurre”.
La iniciativa también contempla la medición de la profundidad de nieve que se encuentra en ciertos sectores de la cordillera, a fin de comparar con la información satelital y de esta manera contar con una estimación del agua acumulada. Además, el proyecto busca elaborar un modelo estadístico que incorpore los datos obtenidos a través de una red de monitoreo.
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