De acuerdo a nueva información del área meteorológica del CEAZA, existen posibilidades de que el evento climático El Niño se pueda extender hasta mediados del presente año.
La comunidad de la Región de Coquimbo se encuentra expectante ante el desarrollo del fenómeno de El Niño y las precipitaciones que podría traer consigo. Desde el Centro Científico CEAZA, confirman que si bien El Niño posee un carácter débil, podría extenderse hasta agosto.
“Inicialmente, en febrero los modelos nos mostraban que el fenómeno se presentaría hasta el trimestre abril/mayo/junio. Pero la última actualización de los centros internacionales de pronóstico nos muestran que el evento se podría extender hasta el invierno”, explica Luis Muñoz, meteorólogo del CEAZA.
El especialista comenta que no se pueden descartar probables efectos hasta la primavera, en el escenario de una extensión de El Niño, por ejemplo precipitaciones tardías, porque, explica, con su retirada aún quedan algunos efectos en la atmósfera.
Añade que la intensidad máxima del fenómeno se observó en el trimestre octubre/noviembre/diciembre del 2018, lo que habría ocasionado un verano más cálido en los valles de la Región de Coquimbo.
En tanto, bajo este nuevo panorama de El Niño para este 2019, en la Región de Atacama se podrían presentar efectos en zonas donde generalmente precipita de forma escasa.
¿Traerá lluvias el fenómeno de El Niño?
Cristian Orrego, coordinador del área de meteorología del CEAZA detalla que “dado que no es un Niño intenso es menos claro el efecto que puede tener en lo que pase en la región. Por el momento, basados en este índice y en lo que dicen los modelos mundiales estamos esperando precipitaciones normales a sobre lo normal en los próximos meses aunque nada tan intenso como 1997 o 2002”.
Se desprende del Boletín Climático de CEAZA correspondiente al mes de marzo, que en el trimestre marzo-abril-mayo se experimentarían precipitaciones normales. Sin embargo, el meteorólogo del CEAZA, Luis Muñoz, adelanta que “hacia fines de otoño y hasta mediados de invierno (trimestre mayo-junio-julio) podríamos tener condiciones normales a lluviosas en la Región de Coquimbo. Esta situación se estaría actualizando en el Boletín Climático de abril, cuando se tenga mayor confianza respecto a aquellas condiciones”.
En relación a la disponibilidad de recurso hídrico en la región de Coquimbo, Claudio Vásquez, gerente corporativo del CEAZA, explica que “el agua embalsada en la Región de Coquimbo se encuentra con una carga en torno al 70% de su capacidad máxima, valor que está entre los mayores registrados durante los últimos 10 años. Nuestro centro científico confirmó la presencia de El Niño, pero este fenómeno está teniendo una lenta retirada, lo que provoca incertidumbre en relación a la cantidad de las tan esperadas precipitaciones. El próximo Boletín Climático correspondiente al mes de abril, debiera entregar información más precisa en relación a esta materia ya que el área meteorológica del CEAZA contará con más datos sobre la evolución del Fenómeno de El Niño”.
Cómo se estudia el fenómeno
Según explican los especialistas del Centro Científico CEAZA, para ratificar la ocurrencia del fenómeno de El Niño es necesario registrar su presencia por cinco trimestres consecutivos. “Seguimos en una fase cálida asociada al fenómeno de El Niño, confirmándose su presencia debido a que los pronósticos indican que el trimestre enero, febrero y marzo se mantendrá cálido, gracias a esto es que se cumplirán los cinco trimestres consecutivos cálidos”, explica Luis Muñoz,meteorólogo del CEAZA.
Para confirmar la ocurrencia del fenómeno de El Niño se debe considerar “una serie de parámetros, siendo el principal el Índice Oceánico El Niño (ONI), el cual corresponde al promedio de tres meses de la anomalía de temperatura superficial del mar de océano Pacífico ecuatorial, de un área conocida como zona Niño 3.4. Para determinar que El Niño está presente es necesario que se registren al menos 5 trimestres móviles con un ONI positivo, con un valor mayor o igual a +0,5ºC. Otros parámetros que se utilizan son el Índice de Oscilación del Sur (IOS), el Índice de Radiación de Onda Larga Saliente (OLR), el contenido calórico bajo el océano, y otros más, que permiten determinar si el océano está acoplado con la atmósfera”, explica Muñoz.
Existen varias instituciones alrededor del mundo que pronostican la ocurrencia del El Niño/La Niña. Cristian Orrego, coordinador del área de meteorología del CEAZA detalla que se realizan cálculos estadísticos, es decir se analizan los números históricos para realizar un pronóstico. Asimismo, se realizan análisis dinámicos, referidos a simulaciones de modelos de la atmósfera de largo plazo, que contemplan desde 3 a 6 meses. Se estudian más de 20 pronósticos que se revisan en conjunto para dar una aproximación de lo que se espera que pase con el fenómeno durante los próximos 6 a 9 meses”.
La incertidumbre en meteorología
Si bien se han logrado grandes avances tecnológicos que hoy se utilizan en la previsión del tiempo, aún se estaría lejos de alcanzar un nivel de precisión mayor, por la naturaleza cambiante e inmanejable de estos fenómenos. Al respecto, el modelador matemático del CEAZA, Arno Hammann, asevera que los pronósticos meteorológicos presentan varios problemas desde el punto de vista de la física (turbulencias, por ejemplo), porque no existen teorías completamente precisas, junto a otras complicaciones.
“Los sistemas atmosféricos que generan precipitaciones y otros efectos, como sistemas frontales, anticiclones, núcleos fríos en altura, tienen vida propia, todos interactúan con todos, algo así como las bolas de una mesa de billar, pero sin control. Como cuando con la bola blanca golpeas a otra bola, esta golpea a otra, luego esas dos a otras más y así. En la atmósfera es lo mismo, pero en vez de golpes hay interacción entre los distintos fenómenos”, explica Luis Muñoz, meteorólogo del centro científico CEAZA.