En las últimas dos décadas nuestro país ha intentado remontar su paso en cuanto al desarrollo de ciencia e investigación nacida en el territorio nacional, que intente explicar y, aún más, solucionar problemas locales. Es así como el esfuerzo del Estado de Chile por desplegar una red de centros regionales como la del CONICYT, los esfuerzos de las universidades estatales y privadas por formar institutos de investigación, el esfuerzo de los mismos científicos en conformar estos nuevos conglomerados de ciencia ha mostrado frutos de manera notoria. Tanto así que actualmente se percibe que la ciudadanía, incluidos los tomadores de decisión públicos y privados, exige más respuestas a eventos o situaciones provocadas por la naturaleza; inclusive adelantarnos. Esto también se demuestra en el creciente y constante interés de los medios de comunicación por intentar explicar fenómenos a través de la voz científica para las audiencias, es decir, los habitantes de nuestra región y país.
Como parte de ese contexto, desde este rincón de Chile, el CEAZA en sus 16 años de vida ha ido evolucionando desde un centro con finalidades netamente científicas a uno abierto a la comunidad, en constante interacción y que da respuesta a las necesidades ciudadanas.
De esta manera, hemos aportado saber científico a decisiones relevantes para la Región de Coquimbo y de la Nación. Así por ejemplo, nuestra labor ha servido de fundamento técnico de instrumentos como el decreto de emergencia por sequía que ayudó a apoyar a la agricultura de la zona por varios años. También hemos contribuido al proceso de formación de proyectos de ley como el de protección de humedales, el de glaciares y al de bosque nativo, entre otras.
Además, aportamos información estratégica en los ámbitos climatológico y meteorológico en instancias como el Comité Operativo de Emergencia y continuamente brindamos información para la toma de decisión de autoridades como los Consejeros Regionales y usuarios del agua en el ámbito hidro/meteorológico, a través de presentaciones directas y de un esfuerzo de hace siete años, con la publicación mensual del Boletín Climático CEAZA.
Por otro lado, la red de más de 50 estaciones meteorológicas del CEAZA, nos permite afirmar que la Región de Coquimbo es la más monitoreada en Chile, ejemplo para otras; y que gracias a esta información estamos algo más preparado ante embates naturales. Asimismo, la acumulación de estos datos y su análisis nos permitirá tener una mejor perspectiva de lo que el cambio global pueda depararnos en las próximas décadas, en esta parte del mundo.
También la presencia del CEAZA ha significado una contribución a la atracción de nuevos profesionales con alta preparación, dispuestos a aportar al desarrollo local, lo que además ha convertido a la zona en un polo de desarrollo científico y de nuevas y modernas formas de trabajo y oportunidades. Este último aspecto complementa y reafirma la vocación que por décadas a mostrado la Región de Coquimbo con sus universidades, observatorios astronómicos y diversos centros de investigación.
De la misma forma, hemos innovado en divulgación y expandido el impacto de la ciencia a través de la transferencia de esta, a las áreas de la educación (de postgrado, pregrado, media técnica), el emprendimiento turístico y la valoración del patrimonio natural.
Todo esto se ha logrado gracias al apoyo visionario de autoridades regionales como los Consejeros y Consejeras Regionales, Intendentas e Intendentes, todos ellos de distintos colores políticos que, con una actitud sabia y generosa, por años han logrado consensuar sus posturas y percibir la importancia del desarrollo científico/tecnológico para nuestra zona, más allá de la contingencia.
Con la misma perspectiva, investigadores de las instituciones fundacionales (UCN, ULS, INIA) y sus autoridades han visualizado las posibilidades de desarrollo de nuestra institución y han permitido su evolución natural de una forma generosa, sumándose y colaborando al crecimiento de nuestra corporación y su prestigio. Así también todos sus trabajadores de las diversas áreas administrativas y técnicas, apoyo imprescindible para la ejecución de la investigación.
Todas esta historia, todas estas personas, han permitido que nos convirtamos en un modelo de corporación científica para Chile y otras naciones de Latinoamérica, con un nivel de producción de los más altos del país y cuya influencia en los ámbitos de su especialidad, de zonas áridas, marcan presencia frecuentemente en diferentes instancias de consulta y decisión a nivel país.
Tenemos una misión y una hoja de ruta que nos proyecta al futuro. Existen muchos aspectos por mejorar, pero sin duda hemos avanzado y aportado nuestro grano de arena al desarrollo científico y humano de la Región de Coquimbo y del país. Por esta posibilidad e historia, queremos agradecer a cada uno de los que han contribuido a nuestro crecimiento y reputación. Esperamos continuar por esta senda.