Actualmente el calderón cuenta con poblaciones distribuidas en el hemisferio norte y sur, que de acuerdo al estudio publicado en Scientific Reports, no se mezclarían entre sí.
El calderón de aleta larga es una de las especies de cetáceos más gregarios ya que forma grupos de 20 a 100 individuos. Esta misma vocación colectiva, provoca que sean una de las especies que más mueren en varamientos masivos. “Los vínculos son tan fuertes que los individuos se mantienen juntos en lugar de escapar y dejar a sus compañeros de grupo. Están tan altamente emparentados, que pueden permanecer en sus grupos de nacimiento por toda su vida”, indica Carlos Olavarría, especialista en cetáceos y director ejecutivo del Centro Científico CEAZA.
El especialista agrega que “los grupos de calderones poseen una estructura matrilineal, es decir, las hembras y su descendencia se mantienen en los grupos sociales”.
Esta especie – caracterizada por su color negro y cabeza globosa- se distribuye en aguas frías de ambos hemisferios. Un reciente estudio publicado en Scientific Reports plantea que existe un área entre estas zonas sin su presencia que hace pensar que los calderones de los hemisferios norte y sur no se mezclan.
“Los calderones de ambos hemisferios se habrían separado durante el Último Máximo Glacial hace unos 20 mil años atrás. Utilizando datos genéticos, nuestro estudio confirmó este escenario y respalda el inicio de un proceso de divergencia entre ambos hemisferios, por lo que se recomienda abordarlos como poblaciones independientes. Estamos viendo los primeros momentos de especiación”, plantea Olavarría.
La investigación, que confirma la baja diversidad genética del calderón, aporta nuevos datos sobre el calderón de aleta larga del Pacífico sudoriental, área que no contaba con mucha información científica hasta el momento. Las muestras fueron tomadas a partir de dos varamientos masivos en Isla Navarino e Isla San Clemente en el sur de Chile.
Genética y colaboración
La fuerte cohesión de las sociedades del calderón de alerta larga, puede traer consigo beneficios y también aspectos negativos para su continuidad. “Cuando tienes individuos altamente emparentados y si los comparamos con otras especies, como por ejemplo, los elefantes y nosotros los humanos, tenemos esta vinculación que permite ayuda en casos de sobrevivencia, donde ya tienes animales que pueden ser las abuelas o tías que intervienen en la supervivencia de las crías. En el caso del calderón la crianza se realiza en conjunto por el grupo y ello puede aumentar la tasa de sobrevivencia”, agregó Olavarría.
El calderón de alerta larga es la especie de cetáceo que vara más regularmente. “Debido a su fuerte cohesión, varan en grupos masivos. Hay lugares, como Nueva Zelanda, donde pasa todos los años y en el sur de Chile de forma esporádica. Cuando tenemos baja diversidad genética y animales altamente emparentados puede suceder que cuando perecen, mueren todos los miembros de una familia, lo que puede tener una gran consecuencia para la población y la especie en términos de herencia genética”.
Cabe destacar que en la investigación participaron los científicos Sebastián Kraft (Instituto de Ecología y Biodiversidad – IEB, Universidad de Chile); María José Pérez-Álvarez (Universidad Mayor, Centro de Investigación Eutropia, IEB); Carlos Olavarría (Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas) y Elie Poulin (Universidad de Chile, IEB).