80% de 73 pozos de monitorización de la Dirección General de Aguas (DGA) en la Región de Coquimbo muestran una tendencia descendente significativa, aproximadamente durante los últimos treinta años, asegura el Dr. Rémi Valois, hidrólogo del CEAZA. Este es uno de los resultados de un estudio que el investigador lideró y que abarcó la información pública de monitorización desde el año 1986 al 2014.
“Sabemos que las reservas están bajando de manera significativa, pero sus límites no son conocidos. En este sentido, comenzamos un proyecto en el Limarí que aportaría información más precisa sobre este tema”, explica Valois.
El investigador aclara que de los 107 pozos de medición que mantiene la DGA en la zona, se utilizaron 73, por tipificación de información. Manifiesta que, de manera general, los procesos de recarga de los acuíferos de la zona se relacionan más con la escorrentía, o agua discurrida en la superficie, que con la precipitación misma. Además, añade que los eventos de recarga, en el periodo estudiado se habrían producido cada cinco años en promedio.
Esta información toma mayor relevancia en el contexto de los efectos del cambio global, los niveles de uso industrial del recurso, proyección del número de habitantes en la zona, más la tendencia a la baja en las precipitaciones, que sólo para La Serena alcanzan un 50% (aproximadamente 80 mm) en comparación con inicios del siglo XX, según datos recabados en el mismo trabajo.
Sectores afectados
El hidrólogo señala que la disminución del agua en los lugares estudiados tendría razones particulares, dependiendo del sector y sus circunstancias, junto con estar bajo la influencia de eventos a gran escala como El Niño o el mismo cambio climático. Pero también establece que la merma de los acuíferos se generaría por un desbalance entre la tasa de recarga natural y de extracción humana.
“Según nuestro análisis las localidades más afectadas estarían en la costa, como Pan de Azúcar y Los Choros. Esta última también se ve afectada en su parte precordillerana; y en los valles transversales altos, en lugares como Vicuña. La causa principal de la baja recarga en Pan de Azúcar y Los Choros se debería al aporte nival muy limitado. En tanto, en Vicuña se explicaría más por el nivel de extracción del recurso”, detalla el Dr. Valois.
Durante el período de estudio el pozo de medición del sector de Pan de Azúcar mostraba una tendencia en sus niveles freáticos de alrededor de -0,5 m por año. En tanto, en Los Choros alcanzaba cerca de los -0,25 m por año.
“El cambio climático debería afectar a la recarga de los acuíferos con menos aportes nivales, así que habría que gestionar las reservas respecto a esa situación y los ciclos naturales de precipitaciones como ENOS (El Niño Oscilación del Sur)”, agrega.
El investigador plantea que una de las situaciones que estaría influyendo en la disminución de la recarga de acuíferos en algunos sectores podría ser la mayor impermeabilización de canales o ríos, ya que normalmente esa agua superficial se conecta al agua subterránea.
Por otro lado, el trabajo muestra que en sectores bajos de los valles de Elqui y Limarí se observa una tendencia negativa más baja, comparado con otros pozos. Esto se explicaría debido a menores variaciones naturales o generadas por intervención humana. Además, comenta Valois, el mar o los embalses deberían ayudar a mantener los niveles freáticos estables alrededor de estas fuentes de agua, por ello sus cambios serían menos drásticos.
Recuperación
El científico advierte que las formas de recuperación de las aguas subterráneas en la zonas pasa por la disminución de las extracciones o por el aumento de la recarga.
“Existen proyectos de recarga artificial de acuífero, como en Pan de Azúcar. Sin embargo, para ello se debe traer agua de otro lado, lo que generaría bastantes problemas en relación a derechos de agua subterráneos y superficiales”.
El Dr. Valois espera que la información sea de utilidad para los tomadores de decisión, en su labor de gestionar mejor los recursos hídricos; y la fiscalización de las extracciones de agua superficial y agua subterránea respecto a sus ciclos naturales.
“Para mi tiene mucho sentido usar agua subterránea en tiempos de sequía, y recargar los acuíferos cuando hay años lluvioso, o sea, la gestión integrada de los recursos hídricos, usando los potenciales de la naturaleza”.
Junto al Dr. Valois aportaron al estudio sus colegas doctores Shelley MacDonell (CEAZA), Jorge Núñez (CAZALAC-ULS), Héctor Maureria (CAZALAC).