Investigación paleoclimática realizada en el Santuario de la Naturaleza Estero Derecho, en el valle de Cochiguaz, da cuenta de cómo las condiciones de aridez y humedad se han turnado, a través de diversos periodos, desde hace miles de años.
Diversas investigaciones dan cuenta de un presente y futuro poco auspicioso en materia de disponibilidad de agua en la Región de Coquimbo. Sin embargo, además de las obvias causas originadas por el actual cambio climático, las condiciones ambientales históricas de la zona muestran que polos opuestos como la aridez y mayor humedad se han ido alternando, desde hace 4500 años atrás, en la alta cordillera de la zona.
Esta es una de las principales conclusiones que arrojó el estudio “Climatic and Ecological Changes in the Subtropical High Andes During the Last 4,500 Years”, desarrollado por Cesar Mayta, ex tesista del programa de Magíster en Ecología de Zonas Áridas de la Universidad de La Serena e integrante del Laboratorio de Paleoclimatología y Paleoecología del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, CEAZA; quien contó con la guía del Dr. Antonio Maldonado, investigador y encargado del citado laboratorio y también miembro del Departamento de Biología de la Universidad de La Serena, y del Departamento de Biología Marina de la Universidad Católica del Norte sede Coquimbo.
La investigación paleoclimática (ciencia que estudia las características climáticas de la Tierra a lo largo de su historia) se realizó en el área protegida privada santuario de la naturaleza Estero Derecho, en el valle de Cochiguaz, comuna de Paihuano, lugar donde se pudo concluir, entre otros datos del estudio, que la vegetación y el clima no son estáticos y que han cambiado con el pasar del tiempo; información que permitirá modelar y proyectar las características climáticas de la Región de Coquimbo en los años venideros.
Humedad, sequía y las mismas plantas
El trabajo permitió distinguir tres fases o periodos; en primer término, desde el inicio de la secuencia, hace aproximadamente 4.500 años atrás hasta 2.700 años atrás, las condiciones ambientales eran relativamente áridas y similares a las actuales, “y a partir de este momento, comienza un segundo periodo, asociado a mayor humedad en el ambiente, el cual se acentúa entre 1900 y 600 años atrás”, explica el Dr. Antonio Maldonado.
Una tercera fase comienza 600 años atrás, donde las condiciones ambientales vuelven hacia un ambiente relativamente árido, “hasta llegar a la condición actual, previa a la megasequía”, explica el especialista, quien además precisa que junto con estos cambios en la disponibilidad hídrica (cambios en las precipitaciones posiblemente), “también cambió la vegetación, aumentando la abundancia de especies vegetales ubicadas a mayor altura durante los periodos más húmedos; mientras que las especies vegetales ubicadas en niveles inferiores aumentaron también, pero en periodos de mayor aridez”.
Finalmente, y en específico sobre las plantas en la alta cordillera a lo largo de la historia, el científico comenta que posiblemente todas, o la mayoría de las plantas que vemos hoy “estuvieron en el periodo de nuestro estudio, en este caso, posiblemente las especies cambiaron su distribución, subiendo o bajando en el gradiente altitudinal, más que habiendo desaparecido y siendo reemplazadas con otras especies”.