El estudio, que cuenta con la participación de CEAZA, permite aportar a los estudios de desplazamiento y distribución de este cetáceo, en pro de su conservación y el entendimiento del “puzle de la ballena azul chilena”, considerando las grandes distancias que recorre.
La población de ballenas azules del Pacífico Sudeste (SEP), o chilena, se distribuye principalmente entre el norte de la Patagonia chilena y el Pacífico Oriental Tropical (aproximadamente, Islas Galápagos). Entre estos puntos, este enorme cetáceo transita y se alimenta, sin embargo, una reciente investigación detectó la presencia de algunos ejemplares en un lugar alejado de su hábitat: Georgia del Sur, archipiélago del conjunto denominado Antillas del Sur, ubicado en el océano Atlántico Sur.
En la investigación “Presencia de ballenas azules del Pacífico Sudeste (Balaenoptera musculus) frente a Georgia del Sur en el Océano Atlántico Sur”, desarrollada por un equipo compuesto por Constanza Rojas-Cerda, Trevor A. Branch, Franck Malige, Julie Patris, Rodrigo Hucke-Gaete, e Iain Staniland, participó la científica asociada del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) Dra. Susannah Buchan, quien comenta que se halló la presencia de algunos de estos mamíferos marinos gracias a la revisión de archivos acústicos de los hidrófonos (micrófonos ubicados en el fondo marino) que pertenecen al Servicio Antártico Británico, “detectándose así cantos chilenos”, explica la Dra. Buchan.
Permíteme escucharte para saber dónde estás…
Como se aprecia en este estudio, el canto, que es la forma de comunicación de estos cetáceos, tiene una especial relevancia, aspecto que ha sido objeto de investigación de esta científica, quien señala que en su trabajo de doctorado describió el dialecto chileno de las ballenas azules. “Una de sus características es que presentan dialectos regionales, y en el caso de la chilena, es claramente diferente al de la ballena azul antártica y la californiana”.
“Cuando escuchamos ese dialecto en distintas partes del mundo nos permite entender por donde pasan estas ballenas”, explica la Dra. Buchan, indicando también que este dialecto chileno “se escucha principalmente entre la Patagonia chilena y Galápagos. No solemos ver ni oír ballenas azules chilenas más al sur de la Patagonia norte”, destaca.
Viajeras que exploran lejos de casa
¿Y a qué obedece la presencia de este cetáceo en una zona alejada de su hábitat? La investigadora descarta una migración, pues si bien se detectó presencia de su canto, no es una gran tendencia, “entonces lo que discutimos en nuestra última investigación es que no es un lugar habitual para estas ballenas, sino que, más bien, se debe a la presencia de divagantes, que en palabras sencillas, son los viajeros de esta especie”.
Detrás de todo viaje, siempre hay un motivo, y en el caso de estos divagantes de ballena azul chilena, una de las hipótesis señala que, “como la población de esta especie está con problemas de conservación, una u otra ballena azul chilena se va a ir a para descubrir nuevas áreas”.
Colisiones con barcos
En este contexto, la Dra. Buchan explica que esta investigación permite aportar al entendimiento del “puzle de la ballena azul chilena”, considerando el tamaño, las grandes distancias que recorren y los fondos con los que se cuentan para estudiarlas, “entonces armamos un puzle con lo que podemos y en eso estamos: las escuchamos en hidrófonos de Juan Fernández, de Georgia del Sur y en los que estamos instalando en la costa”.
De esta forma, concluye, esta investigación permite aportar a la comprensión de los desplazamientos y distribución de la ballena azul chilena, “y mientras más sabemos de ello, es decir, dónde están las ballenas y en qué fecha están, mejor podemos desarrollar estrategias de conservación; y en este caso, hemos aprendido que hay mayor presencia de ballenas en Juan Fernández y en la costa de Chile que en Georgia del Sur, y por ello, yo le daría hoy más importancia a examinar el tráfico marítimo en Juan Fernández y en la costa chilena”.
Sobre este último aspecto, la Dra. Buchan comenta que las colisiones de grandes cetáceos con barcos se dan en las rutas de navegación, zonas por donde transitan grandes embarcaciones que se acercan a la costa. “En estas zonas portuarias, grandes cetáceos son colisionados en alto número por embarcaciones que llegan a estos puertos. Por ello, nos gustaría ver una mejor planificación de las rutas actuales, considerando los desplazamientos de estas especies”.