En la investigación participó el científico del CEAZA, Dr. Antonio Maldonado, y permitió identificar eventos entre los años 1420 a 1997, información que podría ser de utilidad para las autoridades al momento de planificar el uso de los espacios.
A fin de evidenciar los eventos históricos de sumersión marina (entradas de agua de mar a un humedal) por marejadas ciclónicas, tsunamis e inundaciones, debido a las fuertes lluvias, recientemente se desarrolló el estudio “Marejadas Extremas, Tsunamis y eventos de inundaciones pluviales durante los últimos ~1000 años en el Humedal Semiárido, Coquimbo Chile”.
En la investigación, publicada en la revista científica Geociences de la editorial MDPI, participó el Investigador titular del Laboratorio de Paleoclimatología y Paleoecología del Centro Científico CEAZA, Dr. Antonio Maldonado, junto con la Dra Karen Araya Investigadora principal de este trabajo, la Dra Praxedes Muñoz de la Universidad Católica del Norte y CEAZA, entre otros investigadores. El estudio consideró el análisis de sedimentos (arena, arcilla, limo y otras partículas sueltas del suelo que se depositan en el fondo de una masa de agua) y registros que abarcan los últimos 1000 años en el humedal Pachingo de Tongoy. Según la publicación, se analizaron dos núcleos de sedimentos, tres eventos extremos producidos por la inmersión marina y tres por inundaciones pluviales durante episodios de El Niño.
Eventos a lo largo de la historia
La geocronología de eventos (análisis que determina la edad y sucesión cronológica de acontecimientos geológicos) determinó que el mayor evento marino, identificado por un tamaño de grano más grueso, alto contenido de conchas marinas y mayor cantidad de grava, parece encajar con el tsunami de 1420. En tanto, otros eventos pueden corresponder al tsunami de 1922 y la tormenta de 1984, corroborados con un modelo de simulación de oleaje cercano a la costa para este periodo. Igualmente, otros tres eventos de inundación ocurrieron durante episodios de El Niño en 1600, 1957 y 1997, representados por capas de arenas de grano fino y restos de carbón vegetal.
Al respecto, el Dr. Maldonado clarifica que la sumersión marina corresponde a entradas de agua de mar al humedal, “los que pueden ocurrir por fuertes marejadas o por tsunamis. En tanto, la inundación pluvial corresponde a bajadas de agua y lodo producto de intensas lluvias, generando una inundación producto de estas lluvias intensas”.
Humedal adecuado para preservar sedimentos
¿Y por qué se investigó en el humedal Pachingo de Tongoy? El científico explica que se escogió el lugar debido a que es uno de los más grandes humedales del sistema de humedales de Tongoy, “por lo tanto, más estable, y por ubicarse casi a nivel del mar y con una cuenca hidrográfica bastante plana en su parte final. Todo eso ayuda a un sistema más adecuado para registrar y preservar estos depósitos de sedimentos”, agrega.
Para realizar un estudio de sedimentos e identificar el año o periodo de tiempo de un evento de sumersión marina, el científico aclara que se pueden realizar obteniendo un testigo de sedimentos de lugares como los humedales costeros “donde estos eventos pueden generar un depósito, y luego, mantenerse en el fondo del humedal, como un archivo del tiempo. O también, estos archivos a veces pueden encontrarse en algún perfil de sedimentos que haya quedado expuesto por la erosión”.
El Niño y planificar el uso del espacio
En cuanto al probable influjo del fenómeno El Niño en estos eventos de inundaciones fluviales, el Dr. Maldonado menciona que puede haber una influencia importante y una alta correlación entre años excepcionalmente lluviosos y años El Niño, “sin embargo no hay ninguna relación entre los eventos de tsunami con la actividad de El Niño, ya que el primero es producto de actividad tectónica y el segundo corresponde a actividad climática-oceanográfica”.
Asimismo, el investigador menciona que con los muestreos se identificó hasta qué zonas había llegado el mar: “sabemos que algo más de 1km, que es donde tomamos las muestras, pero posiblemente algo más, aunque esto se debe al curso del humedal hacia el interior; en zonas más altas puede haber sido menos. Con ello, se puede hacer una estimación hasta que otros puntos pudo haber llegado dentro de la zona de estudio. Pero me parece que estos eventos no fueron lo suficientemente importantes como para generar algún cambio muy grande en la geomorfología costera”, añade.
Con estos nuevos datos e información, sería esperable y de toda lógica que las autoridades consideren este tipo de estudios en la planificación de uso del espacio, menciona el Dr. Maldonado. “Los registros que encontramos del pasado nos pueden enseñar mucho de cómo se comporta el sistema terrestre y cómo deberíamos conocerlo, en este caso, por ejemplo, con eventos poco recurrentes pero que sabemos que son parte del sistema natural, y por lo tanto, que sabemos que seguirán ocurriendo, como pueden ser los tsunamis”.
Cabe mencionar que la investigación fue liderada por Karen Araya (Université de Caen-Normandie, Francia); y contó con la coautoría de la Dra. Praxedes Muñoz (Universidad Católica del Norte), Laurent Dezileau (Université de Caen-Normandie, Francia), el Dr. Antonio Maldonado (Centro Científico CEAZA de Chile), Rodrigo Campos-Caba (Universidad de Valparaíso, Chile), Lorena Rebolledo (Universidad Austral de Chile), Paola Cárdenas (Universidad de Concepción de Chile), y Marco Salamanca (Universidad de Concepción de Chile).