Con miras a la firma de un convenio de colaboración entre la empresa acuícola Scallop y el Centro Científico CEAZA, durante el mes de enero se concretó la primera intervención en la empresa con la implementación de sensores de medición de variables oceanográficas. Esta tecnología permitirá un mejor entendimiento de las condiciones del mar y su influencia en el proceso productivo acuícola en la Bahía de Guanaqueros.
La empresa Scallop y el Centro Científico CEAZA, definieron su plan de trabajo en conjunto para el año 2023, con el propósito de apoyar con conocimiento científico a los procesos productivos de la empresa. Dicha colaboración, se realiza en base a las principales problemáticas vinculadas a los cultivos acuícolas en la Bahía de Guanqueros, así como a los anhelos de la empresa por replicar el modelo de trabajo e inversión desarrollado por el centro científico en otras empresas acuícolas de la región.
Dentro de lo expuesto por Scallop, está el deseo de entender el sistema natural donde realizan sus cultivos acuícolas, como lo es encontrar una explicación a los eventos naturales que ellos observan y que forma parte del conocimiento local. Les interesa poder sistematizar esa información, romper el paradigma e incorporar más tecnología que les permita eliminar la incertidumbre, es decir, conocer con mayor certeza por ejemplo la razón de las mortalidades masivas, del menor crecimiento, entre otras.
Es en ese contexto que se definió como primera etapa de trabajo el establecimiento de sensores que permitirán generar un diagnóstico y conocer el entorno en el que desarrollan sus labores productivas. Sin embargo, la proyección es poder establecer en el mediano plazo una balsa en la costa de Guanaqueros, similar a la instalada en la Bahía de Tongoy.
“Vamos a instalar un fondeo con diferentes sensores en el agua que permitirán el desarrollo de diagnósticos. En el caso de una balsa como la que se encuentra en Tongoy, cuenta con equipos tanto bajo el agua como sobre ella que, además de proporcionar información hidrográfica y atmosférica, tiene la capacidad de transmitir información en tiempo real”, explica el Dr. Víctor Aguilera, investigador CEAZA a cargo de los equipos. Además, precisa que “en este caso queremos ir trabajando de forma progresiva con la empresa hasta poder escalar a la balsa que se añora”.
Desde Scallop Chile valoraron esta nueva asociación principalmente por los beneficios que traerá para ambas entidades. La instalación de la boya significa un hito y el inicio de un trabajo conjunto que esperan sea fructífero.
“En esta nueva administración estamos muy preocupados de generar todo tipo de vinculaciones con entidades privadas o públicas para articular apoyos, simbiosis o estrategias que nos permitan tener acceso a mejor información respecto al ambiente natural de nuestro centro de cultivo, así por ejemplo podremos conocer los parámetros ambientales y optimizar nuestros procesos”, destacó Oscar Alcalde, Jefe de Centro Scallop Chile S.A.
Sumada a la instalación de sensores de monitoreo oceanográfico, se pretende instalar una pantalla con proyecciones dinámicas y contenido basado en los productos actualmente disponibles por el CEAZA y que están relacionados con el ambiente marino, tales como el pronóstico de viento, de olas, condición de temperatura, entre otros.
“Inicialmente la información desplegada en la pantalla será a partir de los datos arrojados por la balsa de Tongoy, pero la idea es motivar a la empresa a querer contar con la misma calidad de registros en sus costas, para lo cual sería necesario invertir en equipos especiales”, advierte el experto.
Equipos instalados en Guanqueros
Los equipos que se instalaron constan de una línea de fondeo que contiene sensores de medición oceanográfica que registran, particularmente, temperatura, oxígeno, salinidad y pH. Estos se encuentran emplazados a una profundidad de hasta 5 metros, lo que permitirá obtener la variabilidad en el tiempo de cómo se comporta la columna de agua en este punto donde se concentran los cultivos.
“Parte de nuestro equipo deberá ir en forma periódica a descargar la información arrojada por los sensores, hacer mantenimiento y, además, hacer mediciones con otros equipos de estudios oceanográficos. Específicamente se trata de un instrumento perfilador que se llama CDT y que mide las mismas variables del fondeo más Clorofila o concentración de microalgas (que son el alimento de los ostiones). Entonces, los datos del CTD más la información de los sensores nos van a dar una idea mucho más integral de cómo funciona la dinámica temporal dentro de la Bahía de Guanaqueros”, indica el Dr. Aguilera.
Vinculación ciencia y empresa
Esta nueva alianza ciencia empresa nace desde la intención del CEAZA de poder poblar la costa de la región con puntos de observación o monitoreo, tal como se ha venido haciendo. Con ese objetivo, existen varios proyectos que están trabajando en dirección hacia esa visión institucional, tal es el caso del proyecto ECLIPSE-ANID, actualmente en ejecución, que busca levantar información que valide series temporales oceanográficas y química de los carbonatos en el Gran Sistema de Surgencia de Chile-Perú.
Junto con ello, han trabajado en el sistema Archipiélago de Humboldt, específicamente en las localidades de Punta de Choros y Chañaral de Aceituno, haciendo monitoreo con varias componentes (físico químicas, biológicas, entre otras) para contribuir al manejo y conservación de estas reservas marinas.
“También hemos generado una relación de trabajo con el sector acuícola como es el caso de Invertec Ostimar en Tongoy. Este ha sido un modelo de trabajo a nivel nacional, un vínculo ciencia empresa que el año 2021 extendió su colaboración a algunos gremios y cooperativas de la misma localidad, tratando de darle sustentabilidad al trabajo cooperativo a partir de una mesa que creamos”, indica Claudio Vásquez, Gerente Corporativo del CEAZA.
Y agrega que “así fue como en el 2022 el CEAZA conecta con Scallop, por un lado, por nuestra necesidad de levantar datos de monitoreo, y por otro, desde la necesidad de ellos por querer entender el sistema natural donde trabajan y conocer las características del lugar”.
Según plantea, se trata de una relación virtuosa tanto para el centro como para la empresa, pues permitirá poder acceder a pronósticos de largo y mediano plazo, obtener información y entender el entorno, así como mejorar las faenas y procesos productivos.