A fin de reconstruir los cambios pasados en la vegetación, clima y la dinámica de los incendios desde el Pleistoceno tardío (desde 20.000 años atrás) hasta la actualidad en la zona de los Andes peruanos, el proyecto CESPA (Climate Emergence and long-term variability in the Southern Peruvian Andes) reúne a profesionales de Chile, Argentina, Perú y Francia.
Dicha investigación se enmarca en el campo de la paleoclimatología; el estudio de las características climáticas de la Tierra a lo largo de su historia. Sumado a esto, los cambios en la vegetación serán observados a través de la palinología, disciplina de la botánica dedicada al estudio del polen y las esporas, vivos o, como en este caso, fósiles.
El equipo a cargo se compone de científicos provenientes de diversas instituciones como la Universidad Peruana Cayetano Heredia, el Centro Científico CEAZA, el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), el Laboratoire d’Océanographie et du Climat (LOCEAN) y el Institut des Sciences de l’Evolution de Montpellier (ISEM).
El Dr. Antonio Maldonado, investigador de Paleoclimatología de CEAZA y parte de CESPA, explica que “en términos de cambio climático en el pasado, lo que estamos estudiando, es decir, lo que pasa en los Andes peruanos, nos complementa muy bien. Entenderlo nos sirve para entender lo que pasa en el lado chileno en el Norte Grande, para tener una zona más amplia de análisis e identificar qué condiciones climáticas hicieron cambiar a estos lugares”.
Para reconstruir los cambios pasados de la vegetación, clima y la dinámica del fuego entre el período de finales del Pleistoceno hasta hoy, el muestreo consiste en tomar registros de polen y carbón de núcleos de sedimentos lacustre. Lo anterior, con el propósito de evaluar con una mirada de largo plazo como han ocurrido los cambios en el ambiente a lo largo de todo este periodo y poder tener un marco de referencia de la variabilidad natural del sistema climático, y así una mejor comprensión de los impactos del cambio climático antropogénico (cambio climático a partir de la segunda mitad del siglo XX, asociado a la actividad humana que genera gases de invernadero).
En este sentido, algunos registros paleoclimáticos escasos de la zona sugieren una tendencia a la aridificación (proceso de una región que se vuelve cada vez más árida o seca) en los últimos 200 años, lo que levanta la necesidad de una evaluación detallada de la variabilidad climática a largo plazo y su relación con los forzamientos externos. Los resultados de estos datos contribuyen a entender, también, la situación actual del clima y fenómenos de gran impacto como las sequías.
Respecto a la vegetación, el Dr. Maldonado señala que la zona del sur de los Andes peruanos “tiene una cantidad considerable de flora compartida a nivel de género con Chile”. Estas similitudes entre regiones permiten realizar estudios paleoclimáticos a nivel macro dentro de algunos lugares de Latinoamérica que comparten características.
Además, el proyecto busca contribuir a la formación de jóvenes científicos y a la creación de capacidad de investigación en paleoecología y ciencia del cambio climático en Perú mediante el fortalecimiento de los vínculos entre dicha nación con Chile, Argentina y Francia. Durante el próximo año, palinólogos de América del Sur serán formados en la reconstrucción cuantitativa del clima basada en el polen, se organizarán sesiones de co-redacción para la publicación de los resultados, entre otras actividades de capacitación.
Expedición a Bolivia
Por otro lado, una salida a terreno anterior, para la toma de muestras ocurrió en Bolivia junto al equipo multidisciplinario. En una laguna ubicada donde inicia la selva de ceja (lugar que se inicia entre los 500 y 600 m s. n. m.). “Está entre la zona más altiplánica y la selva, recibe toda la humedad del Amazonas dentro de ese ecosistema”, explica el Dr. Antonio Maldonado, investigador de Paleoclimatología de CEAZA, respecto de este ambiente que se caracteriza por sus bosques densos, lluviosos y nubosos, donde hay hiper humedad y neblina.
Durante la expedición, obtuvieron testigos de sedimentos (muestras de varios cortes verticales de sedimentos) de esta laguna. Dentro de este sustrato queda preservado el polen fosilizado proveniente de las antiguas especies vegetales de la zona. A través del análisis de este polen (palinología) aspiran revelar la historia de la vegetación desde el Pleistoceno tardío hasta la actualidad.
Actualmente los testigos se encuentran en Montpellier, Francia, donde pasarán por tratamientos iniciales en los laboratorios del ISEM. Se estima que darán cuenta de cómo era el lugar hace 35 mil años atrás aproximadamente.