Pescadores, acuicultores y científicos de CEAZA intercambian conocimientos sobre los efectos del cambio climático 

 

El calentamiento de las aguas superficiales, la desoxigenación y la acidificación del océano, son parte de los efectos del cambio climático que afectan directamente a actividades productivas que se realizan en el mar y frente a las que se proyectan estrategias para que las comunidades se adopten a este nuevo escenario.

En este contexto, por medio de la Mesa redonda “Colaboración entre la ciencia y sectores productivos costeros de la Región de Coquimbo” se buscó reforzar los vínculos entre el ámbito académico y los sectores productivos costeros (pescadores y acuicultores), intercambiar puntos de vista sobre el uso de los productos científicos como herramientas para el apoyo a la toma de decisiones en las faenas productivas y proyectar en conjunto la elaboración de estrategias de adaptación ante los efectos del cambio climático en los ecosistemas marinos.

Débora García, pescadora artesanal y acuicultora de Tongoy destacó que “para nosotros es importante tener el conocimiento de lo que está pasando en nuestra bahía como también poder entregar lo que sabemos desde esa base poder unir fuerzas y conocimiento para tener buenas ideas y conclusiones para sustentar nuestro cultivo más adelante. Hay muchos pescadores y acuicultores que tienen mucho conocimiento y creemos que los científicos del CEAZA están muy interesados en ayudar  y elaborar medios para poder ir adaptándonos al cambio climático”.

La actividad fue parte del programa de escuela de verano que recibió a estudiantes de ciencias del mar de Asia, Europa y América en el marco de la “Década de los Océanos” de la Comisión Oceanográfica de UNESCO y el proyecto CLAP (Programa de Investigación para la Planificación de la Acción Climática) ejecutado por el Centro Científico CEAZA. Claudio Vásquez, gerente corporativo del Centro Científico CEAZA detalló que “los estudiantes de magíster y doctorado aprendieron distintas técnicas de monitoreo tanto en actividades teóricas como prácticas y también tuvieron la oportunidad de tener un diálogo con quienes se dedican principalmente a la acuicultura y la pesca, miembros de cooperativas y gremios, junto con representantes de la empresa OSTIMAR, la empresa acuícola de mayor tamaño en la localidad, quienes pudieron compartir también su experiencia y proyecciones a estos científicos que que esperamos incorporen estas problemáticas y se sensibilicen para para que puedan proyectar su ciencia hacia el futuro”. 

El Dr. Boris Dewitte, investigador del CEAZA y líder del proyecto CLAP recalcó la importancia del encuentro entre estudiantes de diferentes partes del mundo con actores locales de la comunidad sobre riesgos asociados al cambio climático. En particular nos enfocamos en la desoxigenación del océano, sobre el que hay mucha incertidumbre a una escala mucho más local, de tal forma que hay unos modelos que pueden mostrar patrones de oxigenación otros que muestran una desoxigenación, entonces estamos en un mundo incierto y por eso estamos desarrollando estrategias para establecer escenarios, vamos a probarlos y buscar indicios de lo que es lo más riesgoso para la comunidad”.

Ivonne Etchepare, gerente de la empresa acuícola OSTIMAR plantea que “nos interesan estos efectos porque nos impactan directamente y claro, hace mucho rato que estamos tratando de mejorar las capacidades de pronóstico  y ver cómo podemos tomar algunas medidas paliativas o al menos conocer lo que va a ocurrir en el futuro para tomar  decisiones dentro de lo que es el rubro del cultivo y la producción del ostión del Norte. Respecto a un tema más contingente, el Fenómeno de La Niña que este año terminó, tuvo impactos muy negativos sobre los cultivos sobre todo por las bajas de oxígeno en primavera que significó dos primaveras con mortalidades de entre 70 y el 80% de la vida del cultivo y después tasas de crecimiento muy bajos, por lo tanto  se alargaron los ciclos de producción ya que no se lograba llegar a los calibres deseados”.