Las aguas subterráneas han emergido como una opción en el actual momento de escasez hídrica, sin embargo, desde el Centro Científico CEAZA recalcan que su extracción adicional no es una solución a largo plazo debido a la escasa recarga que han tenido en el contexto de déficit de precipitaciones.
En la cuenca del río Limarí se estima que existen aproximadamente 1.165 millones de metros cúbicos de agua subterránea, sin embargo no es posible bajo ningún escenario extraer el 100% de esta cantidad debido a que ya se encuentran otorgados derechos de agua y asimismo, es vital preservar este recurso.
Desde el centro científico destacan que desde hace ya varios años y junto a otras instituciones, se investiga sobre el emplazamiento y volumen de agua subterránea existente en la Región de Coquimbo. La Dra. Giulia de Pasquale, científica del CEAZA, detalla que “las aguas subterráneas son el conjunto de agua que se almacena por debajo de la superficie del terreno. Estos recursos hídricos, se forman a partir de las infiltración de las escorrentías superficiales o por las precipitaciones de lluvia y nieve. Su recarga y recuperación es muy lenta, por lo que es importante realizar un uso sustentable de este recurso. El agua subterránea almacenada se utiliza bajo los Derechos de Aprovechamiento de Aguas Subterráneas (DAA) y son otorgados por la Dirección General de Aguas (DGA)”.
“El agua subterránea no es una solución a largo plazo, puede ser usada de manera paliativa en la emergencia y debe ser utilizada con cuidado porque las aguas subterráneas, así como también los ríos, tienen una muy escasa recarga ya que la Región de Coquimbo se encuentra en una situación muy delicada debido a la actual megasequía que experimenta la zona central de Chile desde el año 2010. Como dato adicional, en la ciudad de Ovalle la precipitación anual ha disminuido a una tasa de 9 mm por década desde 1961 según reporta la Dirección Meteorológica de Chile.
El último balance hídrico que tenemos disponible del último plan de gestión de la cuenca presenta más salida de agua que entrada, entonces, con extracciones ulteriores nuestro delta de almacenamiento puede volverse significativamente negativo en breve tiempo si no cuidamos el recurso”, recalca.
La investigadora explica que se han realizado diversas investigaciones para conocer acerca de la cantidad de agua existente en el subsuelo en la provincia del Limarí. “Por ejemplo, la estimación de los volúmenes de aguas subterráneas en la cuenca del río Limarí, como en otras cuencas de la región y Chile, varía de acuerdo a diferentes estudios llevados a cabo en la zona: desde aproximadamente 500 millones de metros cúbicos estimados en el Plan Maestro Recursos Hídricos de la DGA del 2013, hasta 8.500 Millones de metros cúbicos estimados en el estudio financiado por Innova CORFO (2021) “Análisis hidrogeológico para alternativas de ubicación de pozos en acuíferos cuenca río Limarí con modelación existente para explotación de aguas subterráneas en sequía. Región de Coquimbo.”
¿Todo el volumen de agua es extraíble?
En el último programa de estudio desarrollado por el CEAZA en colaboración con el Laboratorio PROMMRA de la Universidad de La Serena, desde el final del 2019, en la provincia del Limarí se estima la existencia de 6.655 millones de metros cúbicos de agua subterránea, de los que sólo 1.165 millones de metros cúbicos podrían extraerse, sin embargo no es posible bajo ningún escenario extraer el 100%. “Administrativamente DGA ha otorgado aproximadamente 5.6 m3/s en Derechos de Aprovechamiento Aguas Subterráneas (DAA), lo que equivale a 176 millones de metros cúbicos al año. Administrativamente no podría extraerse en ningún caso una cifra mayor a ese número, aún cuando físicamente exista una cantidad mayor, ya que el objetivo es preservar la sustentabilidad de los acuíferos”, plantea la Dra. de Pasquale.
El Dr. Pedro Sanzana, investigador del área de Hidrogeología, precisa que es importante distinguir entre la disponibilidad física del agua y la disponibilidad legal. “La disponibilidad física se refiere a la cantidad de agua disponible que está almacenada en el acuífero y que “teóricamente” podría ser extraída. Mientras que la disponibilidad legal corresponde a la cantidad de agua que la autoridad, en este caso la DGA, indica como factible de extraer considerando la recarga lateral, de cabecera y de otras fuentes como riego o pérdidas en la distribución del agua (canales o matrices de distribución de agua). Dicha disponibilidad en la cuenca del Limarí se estima como un máximo de 5.6 m3/s aproximadamente”.
“La mayoría de esta agua ya está otorgada desde el punto de vista administrativo a través de los derechos de aprovechamiento de aguas subterráneas”, indica la Dra. Giulia de Pasquale, coordinadora del área de Hidrogeología del Centro Científico CEAZA.
“Las investigaciones desarrolladas por CEAZA contribuyen a cuantificar el volumen actual de agua subterránea para hacer un uso sustentable de este recurso, pero no constituyen “nuevos derechos de agua”, precisa el Dr. Sanzana.
Gestión integral del agua
Para conocer más sobre este recurso hídrico y su uso sustentable, el CEAZA junto al Laboratorio PROMMRA de la Universidad de La Serena trabajan actualmente en un modelo acoplado para la cuenca del Limarí que entrega información sobre la evolución temporal histórica de los niveles de agua en los distintos acuíferos de la cuenca del Limarí. Iniciativa financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional de Coquimbo y Junta de Vigilancia del Río Grande y Limarí y sus Afluentes. Además, en este momento el CEAZA está trabajando en la iniciativa “Sistema de Información CLIMA-L: Cuenca del río Limarí, medidas de adaptación climáticas”, proyecto financiado por CORFO y donde la DGA es la institución mandante y que permitirá afinar el modelo acoplado hidrológico e hidrogeológico.
“Algunos sistemas son los más prontos a recargarse en el momento en que llega un poco de precipitación, y otros que son los más resistentes a eso, les cuesta sumar el agua de la precipitación. Esto puede ser por la geología del sistema así como también por el uso del agua. Entonces, este tipo de modelo nos da también una indicación de dónde podría ser más sustentable construir un nuevo pozo, por ejemplo, o aumentar una extracción, informaciones muy importantes en este momento de sequía”, indica la especialista.