Actualmente, el calentamiento global, la acidificación de los océanos, la pérdida de oxígeno en el mar y otros cambios del ambiente amenazan de manera significativa al sistema de surgencia costera y a los diversos ecosistemas que dependen de él. Por ello, realizar una pesca ordenada y planificada se ha convertido en una estrategia clave para adaptarse y mantener los niveles de producción en el comercio pesquero en la Región de Coquimbo. Así, varios municipios han comenzado a trabajar con CEAZA para potenciar el monitoreo del mar y generar herramientas de utilidad para los pescadores.
Las costas de Chile, y especialmente la Región de Coquimbo, que alberga el principal foco de surgencia del país, son altamente vulnerables a estas amenazas climáticas. La surgencia es un fenómeno que se caracteriza por sus aguas frías, bajas en oxígeno y ricas en nutrientes.
Pilar Molina, encargada del área de Transferencia del Conocimiento de CEAZA, apunta que “los cambios en el régimen de vientos y oleaje también están provocando alteraciones directas en el estado del mar, lo que reduce la viabilidad y seguridad de las actividades productivas costeras. Por lo tanto, es imperativo implementar medidas de adaptación que reduzcan la exposición de los sectores productivos al riesgo climático”.
Comunas como Los Vilos, Ovalle y Canela han levantado la necesidad de abordar los desafíos que enfrenta la pesca para poder planificar las actividades productivas en el borde costero de la Región de Coquimbo debido a los efectos del cambio climático en el océano. De manera que el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) ha iniciado una alianza colaborativa con estos municipios costeros con el fin de aprovechar la herramienta de monitoreo oceánico del centro científico.
El objetivo principal es emplear el conocimiento científico de CEAZA y el monitoreo del océano para guiar la gestión acuícola y pesquera, promoviendo la adaptación a los cambios ambientales en la región. En el contexto del cambio climático, los efectos en el mar han modificado significativamente el comportamiento del ecosistema marino y del oleaje, lo que ha impactado directamente en el comercio de la pesca local.
El huiro, por ejemplo, uno de los productos estrella de Ovalle, es uno de los afectados. De acuerdo Miguel Solís, de la Oficina de Caletas Pesqueras de la Municipalidad de Ovalle, “ha tenido en el último período una variación de precio tendiente a la baja que ha complicado la situación de los pescadores y su familia”.
“Las áreas de manejo están siempre controladas por el tema de las vedas, y sin embargo, no es suficiente como para mantener al conjunto de los pescadores. El gran ingreso sigue siendo la extracción del huiro, tanto el área de manejo como la de áreas históricas”, explica el profesional.
Por otro lado, Jonatán Vega, jefe del departamento de Fomento de la Municipalidad de Canela, indica que en su localidad “los pescadores han logrado desarrollar exitosamente cultivos de diversas especies y han obtenido buenos resultados en términos de repoblamiento de locos”.
En este sentido, “el conocer variables del océano como altura de ola, temperatura de agua, % de oxígeno podrían ayudar a la planificación de las faenas pesqueras, teniendo mayores certezas de las condiciones de trabajo con que se van a encontrar. Por el lado acuícola estas variables permiten tomar precauciones y medidas para remediar problemas en el cultivo disminuyendo pérdidas en la producción”, agrega Vega.
¿Por qué es importante monitorear el mar?
Pilar Molina, encargada del área de Transferencia del Conocimiento de CEAZA, ha estado trabajando con pescadores locales durante los últimos años. En su experiencia, señala que en las comunidades costeras “las personas ya están observando cambios en el océano que les están afectando directamente en sus actividades de pesca y acuicultura”.
“Por ejemplo, don Osciel Velasquez, dirigente nacional de Sonapesca, nos ha comentado que los pescadores observan que hay más marejadas y viento, lo que ha reducido de 13 a 11 el número de días que pueden salir a pescar al mes. La pregunta es ¿qué hacemos y cómo nos adaptamos a esta nueva situación?”, plantea la profesional de CEAZA.
Desde la Municipalidad de Los Vilos, Jenny Alfaro, encargada de Fomento Pesquero, indica que “el principal objetivo es estar monitoreando tus recursos para no perder el todo el trabajo que se ha hecho durante años con la realidad del manejo y cuidado del recurso loco, el cual se ha apostado por proteger. Los pescadores sienten que es una buena oportunidad que ellos puedan estar monitoreando las temperaturas del agua y lo que pasa con el cambio climático”.
En esta línea, Miguel Solís señala que “CEAZA nos permite trabajar este tipo de situaciones, para prever qué tipo de pesquería afloraría en determinado momento dependiendo de la temperatura del agua”.
Asimismo, en el contexto de la Ley de Cambio Climático, Pilar explica que esta normativa en el sector pesquero “implica una combinación de medidas para reducir las emisiones, por ejemplo, adaptarse a los impactos, conservar los ecosistemas marinos, gestionar de manera sostenible los recursos pesqueros y fomentar la investigación y la innovación en el ámbito oceanográfico”.
Para lograr estos objetivos, el monitoreo del océano llevado a cabo por el CEAZA proporciona datos sobre variables como pronósticos del viento (dirección y velocidad), temperatura del mar, oleaje (altura, dirección y periodo), además de otros aspectos relevantes para comprender el comportamiento del ecosistema marino y su relación con el cambio climático.
Cabe destacar que la información del monitoreo, pronóstico y diagnóstico, también está al alcance de toda la comunidad en la web de CEAZA Mar (http://www.ceazamar.cl) así como en la web app de CEAZA, app.ceaza.cl.
Se espera que esta alianza colaborativa contribuya en los esfuerzos por enfrentar los impactos del cambio climático en la actividad pesquera de la Región de Coquimbo, incluyéndose en los parámetros de la Ley de Cambio Climático que opera en el país, a través de planes de gestión a nivel comunal.