El mundo de los escorpiones Brachistosternus es muy distinto a lo que conocemos: escondidos entre grietas, rocas y suelos áridos o semiáridos. Viven como animales nocturnos que caminan con sigilo, con una gran sensibilidad a las vibraciones del suelo, que les permite detectar a presas o depredadores cercanos.

“Este grupo de escorpiones no solo es uno de los más diversos y abundantes en Sudamérica, sino que además, es un género endémico de la región. Su amplia variedad y adaptación única al entorno local los convierten en un fascinante objeto de estudio para entender mejor la evolución y la biodiversidad en esta parte del mundo”, detalla el biólogo líder de la investigación, Dr.(c) Jeison Barraza.
“La conectividad espacial a través de montañas y desiertos impulsó la dispersión de los escorpiones sudamericanos” es el nombre del estudio financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), y que forma parte de la Tesis del Dr.(c) Barraza realizada en el programa de Doctorado en Ecología de Zonas de Áridas de la Universidad de La Serena, en la que el investigador de CEAZA, Dr. Marcelo Rivadeneira es profesor guía.
De acuerdo al análisis, estas especies se distribuyen principalmente en la región andina y en las zonas áridas del sur y este de Sudamérica, desde el extremo sur de la Patagonia hasta Ecuador. Son especialmente diversos en los desiertos costeros de Chile y Perú, y pueden encontrarse en altitudes elevadas de los Andes, hasta los 4500 metros sobre el nivel del mar.
“Habitan en una variedad impresionante de ambientes, desde zonas boscosas de Ecuador y Brasil, hasta las zonas áridas y extremadamente secas como el desierto de Atacama en Chile, y áreas abiertas como La Pampa en Argentina. Esta amplia distribución y adaptabilidad a distintos hábitats los convierte en un género verdaderamente único”, indica Barraza.
“Los resultados de nuestro estudio validan un origen geográfico en el sur de Perú-norte de Chile, enfatizando la importancia de las zonas áridas y semiáridas como motores evolutivos”, señaló Rivadeneira.
Entonces, ¿cómo pueden estar en todos estos escenarios? ¿Qué los lleva a vivir desde un bosque a un desierto?
Condiciones áridas y elevaciones en la región
“Evaluamos la hipótesis de que la expansión geográfica de las especies de escorpiones Brachistosternus fue promovida por las condiciones áridas y las elevaciones en la región”, explica Barraza.
Llegaron a estas conclusiones a través del uso de un modelo geográfico filogenético, llamado “GeoModel” y el modelo de conductancia. “Utilizamos datos georreferenciados de cada especie, lo que nos ayudó a estimar las rutas históricas de dispersión y las distancias desde el ancestro común del género. Adicionalmente, el modelo de conductancia está basado en la teoría de circuitos, por lo que este modelo infiere las rutas y las distancias de menor resistencia entre dos puntos geográficos, considerando las variables”, señala el investigador.
Barraza lo ilustra más claramente. “Las especies se desplazaron por rutas que implicaban menor costo en términos de cambios de altitud y aridez, lo que sugiere que su distribución actual es resultado de la evolución tanto de los Andes como de la Diagonal Árida sudamericana. Estos dos eventos han jugado un papel crucial en moldear el patrón evolutivo y la dispersión de estos escorpiones a lo largo de Sudamérica”.