A través del mejoramiento del cultivo de la cojinova, por medio del conocimiento de la fisiología de estos peces y la experiencia en terreno con pequeños pescadores artesanales de la Región de Coquimbo, investigadores del CEAZA, de la Universidad Católica del Norte (UCN) y de la Universidad Estatal de Mississippi, Estados Unidos, intentan colaborar con el potencial acuícola de cojinova en el norte chico de Chile.
“Entre otros aspectos estamos analizando cuánto oxígeno consumen estos peces para conocer su tasa metabólica. También estamos investigando su comportamiento de natación, su respuesta frente a eventos de disminución de oxígeno (hipoxia), entre otros.”, explica el Dr. Claudio Álvarez, investigador del CEAZA.
Agrega que el grupo de trabajo que han conformado se compone de aquellos investigadores que ya iniciaron esta labor hace cerca de 15 años atrás en UCN, liderados por los académicos de la Facultad de ciencias del Mar (FCM) Alfonso Silva y Héctor Flores (actual Secretario Docente de FCM-UCN), quienes iniciaron el cultivo de esta especie, a partir de reproductores capturados del ambiente natural.
“La nueva información que estamos generando constituye una herramienta valiosa para establecer la tasa de renovación de agua y densidades de cultivo máximas”, afirma el investigador.
Según el Dr. Peter Allen, científico de la Universidad Estatal de Mississippi, uno de los especialistas que trabaja en el tema, lo que hace interesante a la cojinova como cultivo es que ya se ha logrado el proceso completo de cultivo desde el desove hasta el estado larval, estado último en que es difícil de alimentar y luego transitar a un estado en que el mercado pueda utilizarlo para la venta.
“Uno de los factores importantes en el cultivo de la cojinova es que es endémico de Chile , lo que es importante, particularmente, cuando los productores mantienen a los peces en jaulas de cultivo. También es importante el hecho de que es una especie con un alto valor comercial (cerca de 6.500 el kilo en el mercado nacional), por lo que funciona para el consumo local y para la exportación, lo que es importante para el desarrollo de nuevos mercados”, señala.
El científico asegura que desde el punto de vista nutricional, la cojinova no es tan demandante de su propio hábitat, lo que desde un punto de vista medioambiental es una ventaja.
“La cojinova encarna estas cualidades y es un pez que tiene un buen aspecto, lo que también es relevante, porque la gente quiere comer algo que se ve bien. Sabemos bastante acerca de cómo criar a la especie, se comportan bien cuando están juntos, lo que es importante en acuicultura, porque muchas especies no están acostumbradas a estar cerca unas de otras, ya sea en un tanque de agua u otro tipo de contenedor”, describe Allen.
Colaboración internacional
El Dr. Peter Allen es Profesor Asociado de la Universidad Estatal de Mississippi, especialista en fisiología que se encuentra en la zona hasta diciembre del presente año, colaborando en el estudio de la cojinova con el Dr. Álvarez y otros investigadores locales, gracias a una beca Fulbright del Gobierno de los Estados Unidos.
“Mi especialidad es en fisiología ecológica, para entender cómo los organismos funcionan y viven en su medio ambiente. El utilizar estas herramientas como guía, sirve para desarrollar una óptima acuicultura para cada una de estas especies. Significa un mejoramiento en los trabajos de cultivo y una relación más cercana con el gobierno, la academia y la empresa”, detalla.
“La experiencia de Peter nos ayuda a entender que ocurrirá con esta especie en el contexto del cambio climático. De esta manera, podemos conocer qué ocurrirá con estas especies cuando se enfrenten a eventos de baja concentración de oxígeno en el océano. Estos eventos ya se han detectado en el norte de nuestro país y cada vez se aproximan más al sur, como efecto del cambio climático. Entonces, nosotros estamos intentando recrear esas condiciones en un modelo experimental para saber cuál será el comportamiento de esta especie en esas condiciones, parámetro importante para los futuros acuicultores que se dedicarán al cultivo de esta especie”, explica Claudio Álvarez.
Actualmente, las cojinovas utilizadas en el estudio se están cultivando en las dependencias de la UCN. Gracias a un proyecto UCN los juveniles, peces entre 120 a 200 gramos, se entregan a pequeños productores, pescadores artesanales que están iniciando su cultivo a pequeña escala. El Dr. Álvarez comenta que en unos 5 a 10 años más, junto con los avances en la investigación, se espera que empresas de mayor escala puedan interesarse en esta especie.