Giovanni Larama, investigador del Centro de Modelación y Computación Científica de la Universidad de la Frontera, realiza taller sobre el análisis masivo de datos biológicos con el propósito de identificar características en los vegetales que pueden contribuir por ejemplo, a la adaptación de cultivos a la escasez hídrica o temperaturas extremas.
La bioinformática, en términos simples, es el uso de herramientas de la informática para el registro y análisis de datos biológicos. Giovanni Larama indica que esta especialidad, se ha traducido en un gran avance para la investigación científica. “Por ejemplo, la primera vez que secuenciaron el genoma humano, se demoraron 10 años aproximadamente y con un alto costo económico. Actualmente, si se tiene el equipo necesario, este proceso demora menos de una semana, la obtención de datos es más fácil en este momento. Si uno quiere secuenciar una bacteria, es posible hacerlo en una tarde”.
Indica que si bien la obtención de información se ha ido facilitando, “el problema ya dejó de ser el hecho de obtener los datos, ahora el desafío es interpretar los datos. Entonces, la bioinformática llega para solucionar la complejidad que implica interpretar estos datos biológicos, haciéndolo a un nivel más masivo”.
En el caso de análisis de genómica bacteriana, se utiliza para identificar genes que pudiesen servir para tolerar la escasez hídrica, resistencia a antibióticos u otras propiedades. “Hay investigadores que analizan bacterias que viven en zonas extremas, para analizar sus genes y mecanismo que pudieran servir para solucionar problemas como son tolerancia a este tipo de situaciones extremas de temperatura y de disponibilidad de agua”, indica.
La aplicación práctica de este conocimiento se relaciona con la identificación de características que resuelven problemas comerciales como lo son generar cultivos más resistentes al frío o producir biofertilizantes, entre múltiples aplicaciones.