En base a reciente investigación publicada en la revista científica Flora, se puede concluir que esta especie posee múltiples modos de reproducción para generar frutos y semillas, incluso en ausencia de polinizadores. Sin embargo, la intervención humana en el hábitat del lucumillo repercute directamente en la sobrevivencia de plantas adultas, al poner en riesgo su reproducción y su conservación.
El lucumillo (Myrcianthes coquimbensis) es una especie endémica de la Región de Coquimbo, con una distribución muy acotada: se encuentra presente desde Barrancones (comuna de La Higuera) hasta Las Tacas (comuna de Coquimbo). Además, ocupa una franja de tan sólo 83 km a lo largo de la costa. Crece en roqueríos costeros, estando ausente en las playas y dunas litorales.
Este arbusto es una especie que no llega a medir más de cuatro metros, está actualmente en peligro de extinción y ha sido testigo de los cambios ocurridos en el paisaje de la zona. Incluso ya se encontraría presente antes de que se levantara la Cordillera de Los Andes.
De acuerdo al Dr. Francisco Squeo (CEAZA-ULS-IEB) “el lucumillo es de origen neotropical y como tal, posee varios rasgos que recuerdan especies de ambientes más húmedos y cálidos, como sus hojas enteras y sus frutos carnosos dispersados en el pasado por grandes frugívoros ya extintos. Lo más probable es que el lucumillo evolucionó en un clima subtropical presente en la actual Región de Coquimbo antes del levantamiento de la Cordillera de Los Andes”.
¿Cómo se reproducen?
El estudio publicado es parte de la tesis de doctorado de Patricio García (ULS-IEB). El resultado central de la investigación señala que el lucumillo produce frutos y semillas principalmente por fecundación cruzada, es decir, utilizando el polen de otros individuos. Pero también un número importante de individuos lo podría hacer mediante auto-fecundación, es decir, utilizando su propio polen.
Además, se ha observado que “las semillas producidas por autopolinización serían menos vigorosas que aquellas producidas por polinización cruzada, estas últimas tendrían una mayor capacidad de aprovechar el recurso hídrico disponible en años lluviosos”, explica el Dr(c). Patricio García , quien precisa que este análisis será parte central de un próximo estudio.
El Dr. Francisco Squeo destaca que en base a las observaciones de campo es posible hipotetizar que “las abejas nativas contribuyen a la autofecundación de las flores; las hormigas nativas y califóridos (moscas) acuden a consumir néctar pero al no contactar con el pistilo de las flores es poco probable que actúen como polinizadores; por último pensamos que los que poseen más posibilidades de ser polinizadores efectivos, es decir, que promuevan la fecundación cruzada, sean los sírfidos nativos”.
Urbanización v/s conservación
¿Cuáles son los principales obstáculos que debe sortear el lucumillo para lograr reproducirse? De acuerdo a estudios anteriores realizados por este equipo de científicos, su principal amenaza es de origen antrópico, es decir, relacionada a la acción humana. Específicamente, referida a la destrucción del hábitat de esta especie, causada por la urbanización, ya sea por la expansión de las ciudades o bien, por la creación de parcelas de agrado.
En relación a la importancia de proteger el entorno del lucumillo, el Dr (c). Patricio García indica que “al conservar el hábitat del lucumillo también se está conservando el hábitat de los insectos polinizadores y se posibilita la existencia de poblaciones de lucumillo más numerosas y diversas, reduciendo así la probabilidad de reproducción entre parientes que generan semillas menos vigorosas”.
A lo anterior, el Dr. García agrega que si bien la escasez de agua sería otro factor limitante, “tanto el lucumillo como los polinizadores han vivido por miles de años en el desierto gracias a características que les permiten resistir y evadir los periodos secos, respectivamente. Si bien es cierto que un periodo de mayor frecuencia y magnitud de años secos puede finalmente llevarlos a la extinción, esto es un proceso que puede durar muchos años (décadas). En cambio, la destrucción del hábitat, por su magnitud y por su tiempo de acción, puede llevarlos a la extinción en tan sólo unos pocos años”.
“Por lo tanto, si queremos conservar esta especie emblemática de la Región de Coquimbo, la urbanización y parcelación en zonas con presencia de lucumillos deben detenerse o al menos, ser manejadas con medidas de mitigación o compensación basadas en el conocimiento científico”, concluye el Dr(c). García.
Equipo de trabajo
La investigación “Multiple reproductive modes of Myrcianthes coquimbensis (Myrtaceae), an endangered shrub endemic to the Atacama Desert” fue realizada por el Dr(c). Patricio García-Guzmán (ULS-IEB), Dra. Andrea Loayza (ULS-IEB) y Dr. Francisco Squeo (CEAZA-ULS-IEB).