La actividad se efectuará este miércoles 24 de marzo, a las 15 horas de Chile, de manera online. El evento presentará las áreas de investigación específicas de los científicos del Departamento de Bioquímica y Genómica Microbianas del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) de Uruguay y el Laboratorio de Microbiología Aplicada del CEAZA.
El taller virtual está enmarcado en el proyecto de colaboración internacional REDES (Uruguay-Chile), que se centra en estudiar la diversidad y función del microbioma endófito, u organismos que viven dentro de la planta, asociado a árboles del género Prosopis (entre ellos el algarrobo), nativos en ambientes extremos tanto en Chile (desierto de Atacama) como en Uruguay (Blanqueales), los que poseen una alta tolerancia natural a la salinidad del suelo.
Durante la jornada, los investigadores presentarán antecedentes de distintos aspectos científicos de interacción de plantas y microorganismos, como adaptaciones bacterianas a diferentes ambientes, la modulación de metabolismo vegetal por bacterias asociadas a raíces y bacterias endófitas, entre otros.
Si bien el taller está dirigido a académicos y estudiantes de postgrado, los organizadores también extienden la invitación a profesionales del área forestal, agrícola u otras personas que pudiesen estar interesadas en la temática. El taller requiere conocimientos previos de biología, particularmente de interacción planta-microorganismos.
Las y los interesad@s pueden inscribirse en el siguiente link shorturl.at/gyHST para interactuar directamente en el taller. La reunión también será transmitida a través de www.facebook.com/centrocientificoceaza
Proyecto REDES
REDES es un proyecto de colaboración internacional, financiado por el Programa de Cooperación Internacional de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo. Según detalla la Dra. Alexandra Stoll, investigadora del CEAZA e integrante de la iniciativa bilateral, el estudio hipotetiza que el microbioma endófito (ME) es importante para el desempeño de las plantas en estas condiciones extremas.
“Como árbol nativo, Prosopis proporciona importantes servicios ecosistémicos, por lo que comprender las interacciones entre estas plantas y sus simbiontes microbianos puede tener aplicaciones importantes para la adaptación de la agricultura en escenarios de cambio global, así como en estrategias de conservación y restauración de suelos degradados”, señala la investigadora.
Para desafiar esta hipótesis, los científicos caracterizarán el ME de plantas de Prosopis mediante métodos dependientes e independientes del cultivo. Se generará una colección de endófitos bacterianos cultivables y se describirán con un enfoque en la identificación de las capacidades de biofertilización, bioestimulación y bioprotección de las plantas.
La científica asegura que los métodos independientes, cultivables permitirán determinar la estructura de las comunidades nativas de ME y la identificación de los miembros clave dentro de ellas. Los datos genómicos se aprovecharán para la identificación de genes potencialmente implicados en actividades de promoción del crecimiento de las plantas.