Entre las conclusiones del estudio, está la identificación de una mayor abundancia de especies como la ballena fin, y la menor abundancia de la ballena azul; y asimismo, se determinó que el delfín oscuro y el rorcual común tienen mayor probabilidad de solaparse con barcos pesqueros.
Uno de los ecosistemas marinos más productivos del mundo es el ecosistema de la corriente de Humboldt, el cual sustenta, además, una de las industrias pesqueras más grandes del mundo. Diversas especies de cetáceos habitan en estas aguas productivas, sin embargo, sus datos de abundancia y patrones de distribución son escasos y fragmentarios.
De esta forma, la investigación “Abundancia y patrones de distribución de los cetáceos y su superposición con el tráfico de embarcaciones en el Ecosistema de la Corriente de Humboldt, Chile”, donde participa la investigadora asociada del Centro Científico CEAZA, Dra. Susannah Buchan, determinó las primeras estimaciones de abundancia y distribución para el rorcual común (Balaenoptera physalus), la ballena azul del Pacífico sureste (Balaenoptera musculus), el cachalote (Physeter macrocephalus), el delfín oscuro (Lagenorhynchus obscurus) y el delfín común (Delphinus spp.) en toda la porción chilena de la corriente de Humboldt, que se ubica entre Corral por el sur, e Iquique por el norte.
Estimación de especies
La corriente de Humboldt abarca desde Corral a Iquique, explica la Dra. Buchan sobre este estudio que, entre sus principales conclusiones, identificó la mayor y menor abundancia de algunas especies. “Sólo se puede hacer una buena estimación de animales que se vieron con una cierta regularidad dentro de la zona de estudio por donde pasan los cruceros, entonces, no se hicieron para todas las especies y se destaca particularmente la ballena fin, que es abundante y la ballena azul, que es menos abundante, entre otras especies”.
Asimismo, se pudo establecer que el delfín oscuro y el rorcual común tienen mayor probabilidad relativa de encontrarse con flotas pesqueras industriales y artesanales. “Se ocuparon datos de los cruceros pesqueros del Instituto de Fomento Pesquero, IFOP, que lleva observadores científicos de mamíferos marinos a bordo, y todos esos datos se usaron para hacer esta primera estimación de abundancia y distribución de algunas especies de mamíferos marinos de la corriente de Humboldt”.
Observar el horizonte
¿Y cómo se desarrolla un estudio de este tipo? La especialista indica que se cubre un área de interés en transectas, que son líneas zigzag, “y en este caso se siguió el diseño de los cruceros del IFOP para contar peces, donde se van siguiendo estas líneas, y sobre estas líneas, hay dos o más observadores que van escaneando constantemente el horizonte y registrando todos los avistamientos de mamíferos marinos que se ven”.
En cuanto a la mayor probabilidad relativa de que el delfín oscuro y el rorcual común se encuentren con flotas pesqueras, explica que es una hipótesis que más adelante se deberá poner a prueba, pero la corriente de Humboldt es una zona de alta productividad biológica, es decir, una zona altamente fértil en peces, y por ende, es donde se concentran las flotas de barcos pesqueros.
Procurar impacto mínimo en cetáceos
“Pero allí también se concentra mucho plancton, que le gusta a la ballena fin, y peces, que es el principal alimento del delfín oscuro, cetáceo pequeño y particularmente vulnerable a la pesca accidental”, añade la científica, explicando también que esta especie queda atrapada en las redes de pesca, “lo cual no es intencional por parte de la flota pesquera, pero ocurre, y asimismo, cuando se solapa el tráfico marino con los grandes cetáceos se ven problemas de colisión, y por ello, es importante asegurar que el impacto sobre estas especies sea mínimo”, sostiene.
En cuanto a las colisiones de grandes cetáceos con barcos, la Dra. Buchan comenta que esto sucede en las rutas de navegación, por donde transitan barcos que transportan todo tipo de carga y que llegan a la costa. “Lo que se ve en esas áreas, que no son zonas de pescas, sino portuarias, es que grandes cetáceos son colisionados en alto número por embarcaciones que llegan a estos puertos. Por ello, nos gustaría ver una mejor planificación de las rutas actuales, por ejemplo, si un puerto se solapa con un área crítica de ballenas, como en Mejillones, o en la Patagonia, sería bueno ver esas rutas modificadas en función de lo que sabemos sobre la distribución de las ballenas”.