El sistema hídrico de la Región de Coquimbo tiene una gran dependencia de las reservas de nieve que se encuentran en la cordillera. Sin embargo, aún es muy escasa la información sobre la nieve por lo que es importante avanzar en materia de monitoreo e investigación científica que permita comprender más sobre el comportamiento de la nieve, por ejemplo, la cantidad de agua que contiene la nieve y de qué manera aporta a los caudales de los ríos.
En el Centro Científico CEAZA, destacan que actualmente lo que más se conoce sobre la nieve es la cobertura nival, esto significa cuanta área de la cordillera cuenta con nieve, esto debido a que existe informacion satelital desde ya algunas décadas que permiten obtener esos datos. Sin embargo, la cobertura no indica cuánta agua se encuentra contenida en la nieve.
Actualmente el CEAZA cuenta con 5 estaciones meteorológicas que miden la altura de nieve en los lugares más altos en las 3 cuencas de la cordillera de la Region de Coquimbo lo que permite estimar en esos sitios cuánta agua ha precipitado en forma de nieve.
El Dr. Álvaro Ayala, investigador del Laboratorio de Glaciología del CEAZA detalla que “en todas las estaciones de altura tenemos las mediciones más comunes que se toman en los valles a escala horaria, tales como temperatura, humedad, viento, radiación, presión y además se le suma altura de nieve. Solamente en un punto específico y gracias a un proyecto internacional que se ejecutó hace algunos años tenemos sensores de precipitación líquida y sólida, además de agua equivalente. Estas son las lecturas más directas que uno puede tener acerca de cuánta agua está contenida en la cordillera”.
Pablo Álvarez, Director del Laboratorio PROMMRA de la ULS y del Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko valora de manera positiva los avances en investigación sobre la nieve pero destaca las tareas pendientes en esta materia. “Hasta hace un tiempo la cobertura nival era un desafío porque no había acceso a imágenes satelitales, pero hoy ya existen. Lo que falta son mediciones de terreno concretas, asociadas a la densidad de la nieve para poder relacionarla con otros datos indirectos, que se puedan tomar por teledetección. Lo que nos interesa no es solo la cantidad, calidad y su distribución, sino que trabajar su dinámica ya que ahí se produce la escorrentía, el derretimiento, la infiltración o la sublimación. El conocimiento de estos fenómenos tiene que ver con los efectos que genera en la sociedad”.
Álvaro Ayala destaca que “hasta el momento sabemos cuánta nieve cae y cuánta hay en términos de la altura sólo en algunos lugares, lo que permite estimar cuánto cae en cada evento y por ejemplo, hasta cuando dura la nieve, sin embargo la relación altura de nieve y agua contenida no es tan directa por lo que no tenemos una medición exacta del agua en cordillera”.
Proyectos actuales
Para avanzar en el monitoreo de la nieve, Cristian Orrego, encargado del área meteorológica del CEAZA explica que en el centro científico están trabajando en nodos de medición que permitirán tener más puntos de monitoreo en la cordillera. “Son dispositivos de menor tamaño y costo que una estación meteorológica que miden temperatura y altura de nieve y que se pueden instalar en la cordillera para mejorar la cobertura de la red sin tener que necesariamente que comprar equipos tan costosos ya que los fabricamos nosotros. La primera etapa fue financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). En este proyecto de desarrollo de tecnología participa el área de Meteorología del CEAZA como desarrolladores de los dispositivos y el área de Glaciología como usuarios de los datos que se obtienen de ellos”.
¿Cuánta agua contiene la nieve?
Además de monitorear la cantidad de nieve, el equipo científico buscar comprender más sobre su comportamiento, por ejemplo, cuánta nieve se derrite o de qué manera la nieve puede aportar a los caudales de los ríos.
Para comprender este comportamiento el CEAZA está ejecutando un proyecto que estimará por medio de modelos físicos, la cantidad de agua contenida en la cordillera en forma de nieve día a día, lo que permitirá aumentar mucho la capacidad regional para modelar el sistema hídrico. El proyecto se denomina “SWEET-Coquimbo: Generando estimaciones actualizadas del equivalente en agua de la nieve en la cordillera para la planificación del recurso hídrico en la Región de Coquimbo” y es financiado por ANID-FONDEF (ID21I10129).
La Dra. Simone Schauwecker, investigadora del Laboratorio de Glaciología del CEAZA explica que se trata de modelos matemáticos que simulan numéricamente la evolución de la nieve usando ecuaciones que representan los procesos físicos más importantes, tales como el transporte de nieve, el balance de energía y derretimiento. “Estos modelos nos entregan una estimación no sólo de la cobertura nival, sino también del equivalente en agua de la nieve para toda la cordillera de la Región de Coquimbo”.
Según indica la científica, les interesa conocer el agua contenida en la nieve que finalmente aportará a los caudales de los ríos. ”El equivalente en agua de la nieve se define como el agua que se obtendría de la fusión de la nieve, que es el valor que nos interesa para estimar el caudal durante el verano. Además el modelo nos ayuda a entender mejor otros procesos como por ejemplo, la cantidad de nieve que sublima (cambio de agua sólida, es decir nieve a gas) y así se va directamente a la atmósfera y se “pierde” en vez de aportar agua para los caudales”.
En esta iniciativa colaboran diferentes áreas del Centro Científico CEAZA: Glaciología, Climatología y CEAZAMET junto con otras instituciones que apoyan, tales como el Laboratorio PROMMRA de la ULS, CAZALAC, DGA y las Juntas de Vigilancia del río Elqui y sus afluentes, del río Hurtado y sus afluentes, del río Grande, Limarí y sus afluentes, y del río Illapel y sus afluentes.