El encuentro se desarrolló entre el 4 y el 7 de septiembre y convocó a científicos nacionales e internacionales, quienes dieron a conocer sus últimas investigaciones en relación a los impactos del cambio climático en los ecosistemas y en la sociedad chilena, así como también los desafíos que impone.
El Simposio organizado por el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 convocó a un destacado grupo de investigadores nacionales e internacionales en torno a diversas exposiciones relacionadas al cambio climático: riesgos climáticos y respuestas, incendios forestales, calidad del aire, eventos climáticos extremos, hidrología de los Andes, pueblos indígenas y gobernanza climática, entre muchos otras temáticas que fueron presentadas en el formato de conferencias plenarias, sesiones científicas temáticas y sesiones de pósters. Cabe mencionar que la actividad se desarrolló en el marco del aniversario número 10 del CR2.
Durante los días 4 y 5 de septiembre las actividades del Simposio se desarrollaron en Santiago (en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile) mientras que el 6 y 7 de septiembre el Simposio se trasladó a Viña del Mar.
Claudio Vásquez, gerente corporativo del Centro Científico CEAZA destaca que “algunos investigadores de CEAZA participaron en esta actividad donde estuvieron presentes los referentes de la ciencia en materia de cambio climático. Esta fue una buena oportunidad, ya que dimos a conocer nuestro Proyecto CLAP (acrónimo de Planificación de la Acción Climática), que evalúa la sensibilidad de la biosfera, principalmente de los ecosistemas marinos al cambio climático en la zona central de Chile, con el fin de implementar la planificación de la acción climática a nivel regional, nacional e internacional”.
Asimismo, Carlos Olavarría, director ejecutivo de CEAZA, expresa que “destaco la realización de de este simposio ya que necesitamos que haya más discusión sobre las distintas temáticas asociadas con la manera en que nos acercamos a la mitigación y adaptación ante escenarios de cambio climático. Junto con las presentaciones enfocadas a un público científico, se expusieron temáticas amplias como incendios, inundaciones, escasez hídrica de cuencas de la zona central de Chile, que apuntaron a un público más general y tomadores de decisión como la ministra de Medio Ambiente que estuvo presente, funcionarios de servicios públicos, que contribuye a que esta temática tiene que salir de las aulas y el ámbito académico”.
Participación de CEAZA
La nieve es un importante recurso hídrico para la Región de Coquimbo y aún no se conoce mucho sobre la cantidad de agua que contienen estas reservas. Para avanzar en este sentido, la Dra. Simone Schauwecker, investigadora del Laboratorio de Glaciología de CEAZA presentó “Updated snow water equivalent estimations over the dry subtropical Chilean Andes using a data assimilation framework (SWEET Coquimbo)”. La especialista relata que “hablé sobre nuestro método nuevo (SWEET-Coquimbo) que tiene el objetivo de estimar el equivalente en agua de la nieve (SWE), el que puede ser de interés para muchos sectores porque mejora la estimación de agua disponible en la cordillera, entre ellos juntas de vigilancia, hidroeléctricas o el sector minero. Mostré los primeros resultados de este método y destaqué que ahora podemos estimar SWE en tiempo casi real para Coquimbo y se puede aplicar a otras regiones porque usamos datos que están disponibles para todo el mundo”.
Por su parte, Limbert Torrez, asistente de investigación en Climatología de CEAZA, expuso “Cambios proyectados de precipitación invernal y el rol relativo del transporte de humedad en Chile Centro-Norte basado en simulaciones CORDEX-CORE”. El investigador detalla que “me referí a algunos modelos climáticos regionales, participantes del experimento comparativo CORDEX-CORE, representan la precipitación promedio y extrema en Chile centro – norte (20°S – 40°S) bajo un escenario de emisiones históricas y cómo se proyecta que cambien para finales de siglo en un escenario de alta concentración de gases de efecto invernadero (GEI), además del rol que tienen los cambios en la intensidad y la dirección de los flujos de humedad provenientes desde el océano hacia el continente en la ocurrencia de eventos de precipitación extrema. Los resultados principales que destaqué estuvieron referidos a que las proyecciones del conjunto de modelos regionales muestran un secamiento robusto al sur de los 35°S mientras que al norte la respuesta es variable y parece estar ligada a la sensibilidad del modelo al incremento de GEI. El calentamiento de la superficie de la mar próxima a la costa permite mayor disponibilidad de humedad que al ser transportada al continente genera eventos de alta intensidad de precipitación”.
Pilar Molina, encargada de Transferencia del Conocimiento de CEAZA se refirió al trabajo que realiza el Centro para vincular la ciencia con los sectores productivos, por lo que presentó “Estrategias de adaptación para la resiliencia de la acuicultura del ostión frente a la intensificación de la surgencia”. Según detalla “me referí al monitoreo en la bahía de Tongoy, mostré el diagnóstico de la variabilidad ambiental analizado en el boletín del CEAZAMar y presenté el Ocenograma como un instrumento de pronóstico de las condiciones ambientales del borde costero de la Región de Coquimbo como una herramienta de adaptación al cambio climático”.
Mientras que el Dr. Antonio Maldonado, investigador del Laboratorio de Paleoclima de CEAZA, expuso “El registro paloeclimático y los eventos extremos del pasado profundo en el valle de Elqui como analogía para el presente”. De acuerdo al científico, “el análisis de la variabilidad ambiental en el pasado nos permite entender de mejor manera cómo se ha comportado el sistema natural ante cambios en el clima. En este trabajo estudiamos la relación entre eventos climáticos extremos (aluviones) y la variabilidad climática en la parte alta del Valle del Elqui (30°S). Registros paleoclimáticos basados en indicadores biológicos y sedimentológicos nos entregaron una secuencia de cambios para los últimos 12.000 años, la cual comparamos con la cronología de eventos aluviales disponibles para la zona. El registro paleoclimático sugiere una serie de cambios destacándose, un periodo de mayor aridez que la actual entre 9000-6000 años AP, con una breve fase de mayor humedad en torno a 8000 años AP, una fase asociada a condiciones más frías que las actuales en torno a 5000 años AP y posteriormente un periodo asociado a mayores precipitaciones que las actuales entre 2200-700 años AP. Paralelamente el registro de depósitos aluviales muestra gran acumulación de fechas en el Holoceno temprano, entre 11.000-9000 años AP, asociadas a condiciones paraglaciares. Posteriormente dos concentraciones de fechas en torno a 8000 y a 4200 años AP, para el primer periodo inferimos aumento de lluvias de verano y para el segundo un retroceso glacial, mientras que en el periodo más húmedo, no encontramos registros de eventos aluviales en el área. La observación de esta evidencia conjunta nos puede ayudar a comprender como puede comportarse el ambiente y particularmente la dinámica aluvial ante el actual cambio climático”.
Dr. Jeison Barraza, investigador del proyecto Adaptaclim de CEAZA “Cadenas de riesgo climático sobre la biodiversidad marina en la región de Coquimbo”. El proyecto Adaptaclim presenta la descripción de un total de 36 riesgos en 10 sectores diferentes fueron descritos desde la plataforma ARClim y descritos para la Región de Coquimbo. Adicionalmente, se estimaron valores relativos de riesgo climático y de los factores subyacentes mediante la construcción
de 18 nuevas cadenas de impacto de amenazas climáticas y sistemas relevantes para el desarrollo regional expuestos o vulnerables al cambio climático actualmente no cubiertas por la plataforma ARClim.
Asimismo, participaron en la sesión de pósters los integrantes de CEAZA: Valentina Aliste, Lucas Glasner, Cristian Muñoz, y Tomás Caballero.
Valentina Aliste, profesional del Programa de Ciencia Ciudadana de CEAZA, expuso el póster “Nieve y hielo en el desierto: Reflexiones en torno a una década conectando la ciencia de la criósfera con las comunidades de los Andes semiáridos de Chile”. En la oportunidad, explicó a los asistentes que el CEAZA ha desarrollado una gama de iniciativas en los Andes semiáridos en conjunto con la comunidad en general y las instituciones interesadas en mejorar nuestra comprensión del papel que juegan la nieve y el hielo en las cuencas hidrográficas. En este póster reflexionamos sobre el compromiso continuo con las comunidades que viven y trabajan en y cerca de sitios de estudios glaciológicos en el semiárido de Chile, como una estrategia que puede fortalecer y mejorar la investigación que se realiza, junto con apoyar el empoderamiento, bienestar y toma de decisiones de las comunidades locales con bases científicas”.
Lucas Glasner, presentó el póster “Uso de modelos oceánicos regionales para estudios de impacto y planificación ambiental en la costa de la región de Coquimbo”, en el que dio a conocer la utilidad de simulaciones océanicas de alta resolución (1 km) para reconstruir la dinámica costera en términos de corrientes, temperatura y salinidad. “Experimentos a estas escalas espaciales nunca se han hecho para la región, por lo cual se discute su validez respecto a las condiciones de circulación ya conocidas. Fundamentalmente presenté como esta nueva configuración permite evaluar estadísticamente las condiciones litorales, permitiendo aplicaciones como: la identificación de lugares desfavorables para la dispersión de contaminantes y el monitoreo y pronóstico a corto plazo de la surgencia costera (~10 días).
El Dr. Cristian Muñoz, modelador estadístico de geociencias de CEAZA, presentó el póster “evaluación y corrección de pronóstico de temperaturas extremas del modelo WRF: El caso de la semiárida Región de Coquimbo”. El especialista indica que “dado el daño que producen en los sectores productivos de la Región de Coquimbo, algunos eventos meteorológicos asociados a temperaturas extremas, quisimos ver si podíamos mejorar su predictibilidad. Entonces, primero evaluamos cuáles eran los errores del modelo y a partir de esa información implementamos una corrección que permite disminuir el error en el pronóstico de temperaturas extremas diarias. Este modelo corregido presenta un error menor respecto a métodos alternativos de pronóstico durante todas las estaciones del año, y permite satisfactoriamente pronosticar de mejor manera los episodios de baja temperatura mínima que ocurren en los valles de la región. Este método es fácilmente reproducible, y la evaluación permite además saber cómo se comporta el modelo en una zona semiárida y con topografía compleja, lo que permite conocer y cuantificar los límites de su aplicabilidad”.
Tomás Caballero, presentó el póster “Mejoras en los sistemas de pronóstico utilizando machine learning”. El integrante de CEAZA destaca que “en busca de una mejora y automatización de los pronósticos generados por el área de meteorología del CEAZA actualmente se desarrollan métodos de machine learning para realizar un post procesamiento a las salidas del pronóstico del modelo WRF. En este póster se presentó uno de los enfoques utilizados, inspirado por el paper de Sun et al., 2021, utilizando redes neuronales recurrentes con capas LSTM (Long Shor-Term Memory Cell) las que permiten reconocer dependencias a largo plazo en los datos y por lo tanto son útiles al trabajar con series temporales. El modelo LSTM recibe como datos de entrada la salida del pronóstico del modelo WRF (120h) y datos registrados por las estaciones meteorológicas de los 3 días anteriores a la inicialización del pronóstico (72h) para entregar los valores de temperatura a 2 metros (T2m) máxima y mínima diaria para los siguientes 5 días. En promedio, se observan mejoras en los pronósticos para las 3 localidades (La Serena, Vicuña y Paso Agua Negra) donde se aplicó el modelo LSTM, con una disminución promedio del Error Absoluto Medio (MAE) de un 48% y de la Raíz del Error Cuadrático Medio (RMSE) de un 44%, lo que se traduce en que los errores del modelo LSTM presentan una disminución de los errores del modelo WRF de hasta 2°C”.