Equipo científico da a conocer a la comunidad investigación sobre aguas subterráneas en el Limarí

Organizaciones y personas relacionadas al recurso hídrico de las cabeceras de río Grande, río Rapel y río Mostazal conocieron información científica sobre la hidroestratigrafia de sus territorios, en un taller realizado en el Centro Cultural Huayquilonko de la ciudad de Monte Patria en el marco del proyecto “Estrategia de utilización de los acuíferos en el Limarí” ejecutado por el Centro Científico CEAZA y financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional de Coquimbo.

Eugenio González, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Grande destacó que “en nuestra cuenca, históricamente hemos vivido en sequía y también las generaciones que nos antecedieron. Esta alianza con el CEAZA es súper importante en ese sentido, nos permite aumentar nuestros conocimientos en lo que se refiere a lo que no se ve, es decir el agua subterránea y saber qué capacidad y cuánta disponibilidad de agua podemos tener hoy día para enfrentar esta crisis tan grave que vivimos”.

Alejandro Cortés, integrante de la comunidad de agua El Maitén recalca que “para nosotros como campesinos que vivimos de la agricultura, es una herramienta que es valiosísima porque también es importante saber qué es lo que uno tiene. Es  como la dueña o dueño de casa,  que tiene que saber con qué cuenta para poder utilizarlo en algún algún momento. Me parece súper importante que se difunda y también desde la óptica de la descentralización que se haga en Monte Patria. Ojalá hubieran mucho más recursos destinados a la investigación del agua subterránea porque se conoce poco y en el caso de nosotros, el campesinado, menos todavía”.

El taller se focalizó en los resultados obtenidos de la cabecera del Río Grande, considerando los sectores de río Mostazal, río Rapel, Río Grande y parte del río Huatulame. Giulia de Pasquale, investigadora titular del Centro Científico CEAZA detalla que “se expuso sobre la caracterización hidroestratisgráfica de los sectores de cabecera del río Grande, es decir, la caracterización del medio subterráneo en términos del almacenamiento del agua subterránea: a qué profundidad en el subsuelo encontramos materiales saturados de agua (es decir, la profundidad al nivel freático), a qué profundidad está la roca basal, aspectos importantes que entregan información sobre los límites del volumen del agua almacenada y sobre todo, el tipo de material en se encuentra almacenada el agua. Uno de los resultados que entregamos fue el volumen almacenado del agua y sobre todo el volumen de agua almacenando extraíble en los diferentes sectores”.

Respecto al agua subterránea, la científica recalca que observaron que en muchos casos se identifica un volumen de agua subterránea pero no siempre es posible su extracción debido a la composición del suelo. “Si es posible extraer el agua o no depende en parte del tipo de suelo. Por ejemplo, tenemos materiales muy finos tipo arcilla, que pueden almacenar mucha agua pero pasa un fenómeno electroquímico entre la partícula de la arcilla y la partícula del agua, por lo cual se queda como pegada eléctricamente a la matriz sólida, entonces eso impide que al agua sea extraída de forma energéticamente conveniente, al menos con la tecnología que tenemos ahora”, explica también la coordinadora del Área de Hidrogeología del CEAZA.

En la misma línea, el director del Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko, el Dr. Pablo Álvarez, destaca que tras el taller, uno de los resultados novedosos fue el sistema de modelamiento en tres dimensiones, el que permite medir la capacidad del espacio poroso para almacenar el agua.

“Ese espacio poroso está en el subsuelo y llega hasta la roca parental, hasta la roca madre que está abajo, además nos muestra cómo esto que se está describiendo, este volumen que potencialmente se puede guardar, está distribuido dentro de las cuencas, en particular en las cuencas y subcuencas del Limarí, Río Grande y Limarí. Y por lo tanto uno podría de alguna manera ubicar aquellos lugares donde existe mayor o menor capacidad de almacenamiento según las distintas capas que haya en el acuífero” explicó el director.

Yerelin Cárcamo, profesional de Hidrogeología complementa al expresar que  “un próximo paso a dar en el estudio de las aguas subterráneas en el Limarí, sería conocer desde dónde proviene esta agua subterránea y si hay una interacción entre el acuífero aluvial y acuífero en roca fracturada y con la proveniencia me refiero a isótopos que nos digan si es agua de deshielo de glaciares rocosos, agua superficial o subterránea, qué tanto se transporta esta agua y en qué tiempo aproximadamente”.

Avances

La investigación representa un avance en el conocimiento sobre las aguas subterráneas de la provincia del Limarí. Pedro Sanzana, profesional del Área de Hidrogeología del CEAZA destaca que “en los últimos cuatro años se ha hecho un levantamiento de información entre CEAZA, PROMMRA y organismos públicos, permitiendo tener una cantidad de conocimiento del acuífero subterráneo mucho mejor de que lo que se tenía antes. Entonces, lo que era una limitante hace un par de años, hoy estamos en condiciones de trabajar bastante bien con los resultados de este proyecto para avanzar hacia un modelo integrado que busca simular escenarios futuros para dar respuestas a, por ejemplo, preguntas que nos hicieron en este taller: ¿cuál es lo lo máximo sustentable que se puede extraer para la agricultura? Esto, sin afectar tanto al agua  a nivel de superficie y subterráneo”.

Sumado a ello, Pablo Álvarez resalta la importancia de este taller, “el aporte de esta actividad, es que se pone en valor en la sociedad y en las instituciones el avance científico, el conocimiento que los especialistas, los investigadores, que a partir del conocimiento pueden dar a conocer los distintos lugares donde se podría encontrar mayor o menor cantidad de agua almacenada en el acuífero dentro de la cuenca del Limarí, cuestión que también se puede reproducir a nivel de las otras cuencas de la región”, puntualizó.