El estudio describió en detalle la complejidad de los factores que influyen en los humedales costeros, específicamente en el humedal El Culebrón. Los datos muestran cómo una combinación de eventos climáticos extremos, como lluvias intensas, y tsunamis ocurridos en la historia regional, junto con la influencia del nivel del mar y las mareas tormentosas (marejadas), afecta significativamente al nivel del agua al interior del humedal junto con su equilibrio ecosistémico.
En el marco del proyecto “Caracterización Red de Humedales Costeros Región Coquimbo” financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional, el equipo de investigación y ciencia ciudadana de CEAZA está desarrollando un estudio sobre los distintos humedales costeros del territorio, en este caso, el del sector El Culebrón.
A través de las 84 hectáreas de este humedal, los científicos se dieron a la tarea de instalar sensores de profundidad en el área para elaborar un registro. Se demostró que la formación de una barrera de arena entre la laguna costera y el mar es uno de los mecanismos principales detrás de estos cambios.
De manera que, de acuerdo a la explicación del Dr. Jaime Cuevas, investigador de CEAZA que es co-líder del proyecto, este hecho genera que el humedal tenga influencias tanto de agua continental (agua dulce) así como del mar. “Solamente que en cuanto intensidad es bastante variable, porque, por ejemplo, las inundaciones que vienen del continente con la lluvia, pueden ocurrir cada cierto número de años pero por el lado del mar están los tsunamis que vienen mucho más espaciados en el tiempo, pero también tienen un efecto grande. En general se da más la influencia del continente porque es con esta acumulación de aguas que en el continente se aumenta el almacenamiento de agua dulce del mismo humedal, por lo tanto es más dependiente de lo que viene del continente que del mar”.
El Dr. Cuevas cuenta que “frecuentamos este humedal hace por lo menos 8 años y también habíamos hecho observaciones, pero igual las personas lo remarcaron y eso indujo a que nosotros quisiéramos hacer un estudio. Queríamos determinar bien cuáles eran los factores que determinan la conducta hidrológica del humedal porque podrían ser por un lado influencia que viene del continente o del mar. Eso no estaba claro y era importante determinarlo”.
En este sentido, fue notable el papel de los tsunamis en la alteración del humedal. Un pequeño tsunami de Tonga en 2022 y otro muy intenso en 2015 en Coquimbo inundaron el área, dejando una marca indeleble en el ecosistema, el cual ha podido recuperarse con el paso del tiempo.
En particular, la investigación abarcó el período desde abril de 2021 a abril de 2023 en un canal interior del El Culebrón, donde destacan algunos hitos relevantes: que un elevado nivel medio del mar coincidió con un 41% de los aumentos en el nivel del agua del humedal, mientras que las mareas tormentosas de alta intensidad (marejadas) se correlacionaron con el 53% de los picos en el nivel del agua.
“En las últimas décadas se ha observado una acelerada transformación del humedal costero, que al estar inserto en la ciudad de Coquimbo, está expuesto a procesos de expansión urbana y construcción de infraestructura vial y costera, sumado al tsunami de 2015 que produjo importantes modificaciones en el humedal”, apuntó María Valladares, investigadora del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte (IPP-UCN).
El estudio también tiene el objetivo de contestar a una inquietud ciudadana. Paloma Núñez, encargada de Ciencia Ciudadana de CEAZA y colíder de la investigación, cuenta que “desde que trabajamos en el humedal El Culebrón con las comunidades, en muchas ocasiones nos hacen la observación de que surgen y desaparecen pozas de agua o charcas más grandes, e incluso que en muchos lugares que antes se podía transitar a pie, hoy no se puede realizar, o viceversa”.
“Estas observaciones de personas que transitan por el humedal y que nos conocen han motivado la necesidad de saber a qué se deben esos cambios, necesitando de equipamiento tecnológico para comprender mejor cómo es la dinámica y generar nuevo conocimiento en conjunto, que ayude a la toma de decisiones”, agrega la profesional.
En suma, esta información permite tener más claridad para planificar acciones en torno a este ecosistema. “La ciudadanía estaba preocupada de que el futuro del humedal esté en riesgo, porque están disminuyendo las fuentes de agua dulce, las lluvias, los caudales, y este estudio responde que efectivamente el humedal es más dependiente del agua continental, que del agua marina, así que tienen toda la razón y por ello hay que proteger la fuente de agua para permitir que siga subsistiendo”, concluye el Dr. Cuevas.
El artículo puede ser descargado en forma gratuita en el sitio: https://sciendo.com/article/10.2478/johh-2024-0007