Las investigaciones del laboratorio han permitido reconstruir ecosistemas marinos antiguos, revelando que, entre 5 y 12 millones de años atrás, el océano frente a la costa chilena era más cálido, con temperaturas de hasta 7 grados más que las actuales.
El Laboratorio de Paleobiología del CEAZA, activo desde 2007, se dedica a investigar los patrones y procesos de la biodiversidad, enfocándose en la vida marina a través del registro fósil. Utilizan la riqueza paleontológica de la región de Coquimbo y Atacama para estudiar la biodiversidad marina de los últimos 23 millones de años, con especial atención en depósitos de las formaciones Coquimbo y Bahía Inglesa. Estas formaciones contienen una gran diversidad de fósiles, desde microfósiles hasta grandes mamíferos como ballenas.
Sobre el trabajo que realizan en el laboratorio, el Dr. Marcelo Rivadeneira, líder del laboratorio de paleobiología explica, “las investigaciones que hemos realizado nos han permitido reconstruir las condiciones del ecosistema marino y como han evolucionado en los últimos 23 millones de años. Lo que hemos aprendido en todos esos 17 años de investigación es que durante todos estos millones de años la biodiversidad marina y el ambiente marino han cambiado radicalmente ”. Se ha evidenciado que, hace entre 5 y 12 millones de años, la temperatura del mar era de 5 a 7 grados más cálida, creando un ambiente más cercano a mares subtropicales o tropicales. Esto generaba un ecosistema muy distinto al de hoy en día, con especies que hoy están extintas.
La transición de un clima más cálido a condiciones frías provocó eventos de migración y extinción masiva, permitiendo la aparición de nuevas especies adaptadas al clima actual. El Dr. Marcelo Rivadeneira señala que, “las especies a lo largo de toda la historia han experimentado enormes cambios en su distribución geográfica, asociados a estos cambios climáticos cuando las condiciones se han enfriado. Lo que también se espera y se proyecta bajo escenarios de cambio climático es que también ocurra esto hacia el año 2100, donde se espera que haya una redistribución de las especies”.
Gracias a los estudios, se ha podido determinar que las regiones de Coquimbo y Atacama han sido durante millones de años un sector de gran importancia en cuanto a la presencia de cetáceos, así lo explica el Dr. Marcelo Rivadeneira, “las ballenas fósiles que encontramos tanto en la región de Coquimbo como en la región de Atacama, son un tema mayor porque son extremadamente abundantes, es una de las principales características que encontramos en el registro fósil. Su tremenda abundancia, sin ir más lejos acá en la conurbación y en zonas cercanas, nos plantea que teníamos condiciones extremadamente distintas a la actualidad y que teníamos a las ballenas viviendo de forma permanente aquí en la gran bahía de Coquimbo”.
Todo este conocimiento es recabado por los especialistas que trabajan en la recolección y estudio de los fósiles encontrados, entre ellos destaca un equipo multidisciplinario de biólogos, biólogos marinos, paleontólogos y antropólogos. Jorge Bolomey, paleontólogo a cargo del área de preparación del laboratorio, explica que el trabajo de su equipo consiste en estabilizar las piezas fósiles para que sean manipulables y estén listas para su entrega a los museos. Esto incluye revisar el estado de las piezas que llegan del terreno, crear una base de datos con la información recopilada y elaborar una propuesta de intervención para su preparación. Posteriormente, las piezas pasan por un proceso de conservación y embalaje final antes de ser transferidas a los museos.
Qué hacer en caso de encontrar un fósil
El laboratorio también orienta a la comunidad sobre cómo proceder en caso de encontrar fósiles. Todos los fósiles están protegidos por ley y pertenecen al Estado de Chile, por lo que su lugar adecuado es en museos autorizados. En caso de hallazgo, se debe contactar al Consejo de Monumentos Nacionales o a la Policía de Investigaciones, quienes luego coordinarán con los museos o investigadores. Está prohibido comercializar o apropiarse de fósiles, y se resalta la importancia ética de preservar este patrimonio, tal como enfatiza el Dr. Marcelo Rivadeneira, “los fósiles les pertenecen a todos los chilenos, así que, si queremos preservar ese patrimonio, lo que hay que hacer es permitir que los fósiles estén albergados en museos, salas y colecciones porque esa es la única forma de que las futuras generaciones accedan a ese conocimiento”.
Centro Científico CEAZA
El Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) fue creado en el año 2003 a partir del proyecto del consorcio científico tecnológico integrado por el Gobierno Regional, la Universidad de La Serena, (ULS), la Universidad Católica del Norte (UCN) y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA Intihuasi).
Texto: Alen Canto Bustamante