
En el contexto de cambio climático, la producción de alimentos en zonas donde escasea el agua, como la Región de Coquimbo, es un desafío constante. En este contexto, el Centro Científico CEAZA desarrolló el Taller Anual de Ecología Microbiana a fin de adquirir nuevas herramientas para el estudio de microorganismos benéficos asociados a plantas y cómo su caracterización puede contribuir a la sobrevivencia de los cultivos desarrollados en estas condiciones extremas.
“Tuvimos una semana exitosa, donde abarcamos distintas temáticas asociadas a la caracterización genética de comunidades bacterianas y microorganismos aislados. Adquirimos herramientas en las cuales nos vamos a poder basar para identificar microorganismos capaces de aportar a la resistencia a condiciones críticas de falta de agua. Además, incluimos charlas asociadas a identificar posibles funciones biológicas asociadas y proyectando como identificar en un futuro los mecanismos bacterianos que permitirán mantener el rendimiento de los cultivos en condiciones de déficit hídrico”, señaló el Dr. Máximo González, investigador de CEAZA.
En esto consistió el taller “Biodiversidad Microbiana Nativa: Del Metagenoma a la Función Biológica” fue organizado por CEAZA en un esfuerzo conjunto del Laboratorio de Microbiología Aplicada y el Laboratorio de Fisiología y Hologenómica Vegetal. El objetivo de este encuentro, en palabras del Dr. González, fue “adquirir herramientas que permitan dilucidar el aporte de los microorganismos y sus comunidades microbianas en la agricultura desarrollada en zonas áridas”.

En este sentido, se capacitaron de manera gratuita, gracias al financiamiento de ANID, a estudiantes de postgrado de diferentes centros de estudios tales como la Universidad Católica del Norte, Universidad de Chile y la Universidad de Concepción, además de los profesionales del Laboratorio de Microbiología Aplicada del Centro Científico CEAZA. Todos ellos, relacionados a campos de estudios como la biología, biotecnología, agronomía, bioquímica, química y áreas afines, enfocados en el análisis de datos de secuenciación masiva de microorganismos.
También incluyó al experto español, Dr. Víctor Carrión. “Trabajamos en encontrar bacterias que hagan a las plantas más resistentes al estrés hídrico. Es una colaboración clave, porque en Chile hay microorganismos únicos que han coevolucionado con plantas en ambientes extremos”, señaló el Dr. Carrión.
Otro de los asistentes internacionales, Adam Ossowicki, microbiólogo de la Universidad de Málaga, comentó: “El cambio climático obliga a adaptar la agricultura. Lo que aquí es un problema crítico, en otros lugares recién comienza, por eso la colaboración es esencial”.
Francisco Remonsellez, académico de la Universidad Católica del Norte, calificó el evento como enriquecedor, sobre todo para abordar “temas de tecnología genómica y bioinformática”.
“Es importante establecer colaboraciones con personas que están lidiando con las consecuencias de la sequía. En nuestro país estamos comenzando a verlo pero aquí es mucho más relevante”, señaló Pascal Nuijten, estudiante de doctorado que asistió al taller.
El equipo del proyecto está conformado por el Dr. Máximo González (CEAZA), la Dra. Alexandra Stoll (CEAZA), Francisco Remonsellez (UCN) y Claudia Rojas (Universidad de O’Higgins) dentro de Chile. Internacionalmente está el Dr. Víctor Carrión (Universidad de Málaga, España).