El taller efectuado en el Salón Vicuña del Gobierno Regional de Coquimbo, contó con la participación de las especialistas en bioinsumos y fitopatologías, la Dra. Maribel Parada y la ingeniera agrónoma Nancy Andrade, respectivamente.
En la ocasión se expusieron algunos resultados de las investigaciones realizadas en el marco del proyecto titulado “Primer banco regional de bioplaguicidas para un control sustentable de fitopatógenos que afectan al sector hortofrutícola característico de las zonas áridas de Chile”, financiado a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Coquimbo (GORE Coquimbo) y dirigido por la Dra. Alexandra Stoll, investigadora del centro científico CEAZA.
La actividad estuvo dirigida principalmente a miembros del GORE, de los proyectos de desarrollo local de municipalidades de la zona, agricultores y algunos estudiantes vinculados a temas afines.
“El manejo integral y sustentable de plagas es uno de los grandes desafíos para la agricultura actual. En este contexto, la presente iniciativa de investigación se enfoca en la búsqueda, identificación y evaluación de biocontroladores (bacterias benéficas, nativas del suelo de la Región de Coquimbo) para el desarrollo de un bioinsumo de origen nacional. Un aspecto importante para nosotros es compartir nuestro conocimiento y avances en la investigación con las personas vinculadas a la agricultura regional” manifiesta la Dra. Stoll, directora del proyecto.
La ingeniera agrónoma y profesional del proyecto de biocontrol, Carla Saguas, explica que “en esta instancia expusimos todo lo que hemos hecho a lo largo de un año. Estamos dando cuenta de los avances de nuestro proyecto y de lo que hemos logrado. En este contexto, los estudiantes del proyecto reforzaron a través de presentaciones los resultados positivos que hemos obtenido”.
En el taller Parada, especialista en bioproductos, explicó a los asistentes la realidad en Chile acerca de los productos orgánicos o bioinsumos.
Saguas, comenta que los denominados ‘bioplaguicidas’ no están normados en Chile. “A veces se venden productos naturales o con base en microorganismos, pero bajo la denominación de ‘pesticidas’ porque no tienen una clasificación en el país. Maribel fue invitada precisamente para que contextualizara este tema”, indica.
En tanto, Nancy Andrade, experta en fitopatología, hizo una introducción sobre su área, explicando de qué, cuándo y porqué se enferman las plantas y que ventajas presenta el trabajo con hongos para combatir estos males.
Contribución de la investigación
De acuerdo a lo señalado por Saguas, hay muchos productos que se comercializan, distribuyen y utilizan en la agricultura y que están elaborados a base de microorganismos. Estos se conocen como ‘bioproductos’. “En Chile se usan y se exportan desde Italia o España principalmente. En estos países tienen buenos resultados, pero acá no, por las particularidades del clima de la zona. Asimismo, en el Sur de Chile hay una empresa que es especialista en elaborar bioproductos, pero ocurre lo mismo; son eficientes en ese ambiente pero no en esta parte del norte”, afirma.
Sostiene que esa es la principal causa de que muchos agricultores al usar estos productos terminen decepcionados por el mal resultado obtenido.
La ventaja de este proyecto, es que los microorganismos que se extrajeron para ser trabajados son de este territorio y están adaptados a estas condiciones ambientales. “Si nosotros al finalizar el proyecto conseguimos obtener un bioproducto en base a las bacterias que nosotros tomamos de los suelos agrícolas de la región, tendría un alto potencial y efectividad”, asegura Carla.
En esta etapa del proyecto y luego de un largo proceso de selección, se encuentran trabajando con seis bacterias que demostraron ser efectivas en el control de hongos fitopatógenos, pues se ha observado una reducción o anulación de su crecimiento de entre 80 a 90 por ciento. Además, estas bacterias se han caracterizado por controlar a más de un hongo a la vez, lo que significaría que en terreno (en caso de ser efectivo este bioplaguicida), no sería necesario la utilización de un subproducto para eliminar otros hongos.
Etapa final
Como parte de los objetivos del proyecto se organizaron diferentes capacitaciones para los agricultores de la región, con la finalidad de transmitirles el conocimiento y también para generar redes con ellos.
Para la parte final del proyecto, que se desarrollará en estos últimos meses, se necesita la colaboración de algunos agricultores, pues la idea es realizar en terreno los mismos ensayos que el equipo del proyecto efectuó en condiciones controladas dentro del laboratorio. “Lo que buscamos ahora es realizar ensayos esta vez en algunos terrenos facilitados por agricultores para poder validar y patentar nuestro trabajo”, explica Carla Saguas.
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