Tras doce años de contribución al desarrollo científico y tecnológico en la Región de Coquimbo, el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) se comienza a consolidar en la zona e ,indiscutiblemente, ya es un referente regional y nacional en temas de ciencia. Hoy, mirando hacia el futuro, se encuentra en el diseño de su planificación estratégica, ideando y proponiendo alternativas que le permitan proyectar sus logros.
El CEAZA es uno de los trece centros regionales de investigación científica y tecnológica creado el año 2003, en el marco del Segundo Concurso de Creación de Unidades Regionales de Desarrollo Científico y Tecnológico de la Comisión de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT).
Desde sus inicios su objetivo se enmarcó en contribuir a la comprensión de los efectos de las oscilaciones climático-oceanográficas sobre el ciclo hidrológico y la productividad biológica (natural y bajo cultivo) en las zonas áridas y marinas del centro-norte de
Chile. En un esfuerzo por proyectar su quehacer en el mediano y largo plazo, hoy el CEAZA se plantea una nueva estrategia, enfocándose en el valor del conocimiento para colaborar en la formación de capital humano en ciencia y tecnología; en la productividad regional; en la protección del medio ambiente y en la educación.
Claudio Vásquez, gerente corporativo de CEAZA piensa que una de las fortalezas del centro es su capacidad de adecuarse a los cambios, manteniendo su lógica y siendo consecuente con su ámbito de investigación y de transferencia. “Nosotros somos parte de un experimento que ha evolucionado con un viento a favor, pero también es porque hemos sido capaces de reinventarnos. Entonces vamos construyendo y a la vez dando el marco para que otros repliquen el modelo”, asegura.
Trabajo CEAZA
Las áreas de investigación desarrolladas por el centro van desde la paleoclimatología hasta la biotecnología, abriéndose paso con los años a nuevos desafíos como lo son los estudios en zonas áridas remotas como la Antártica.
Vásquez explica que el principal enfoque de CEAZA está en hacer ciencia y gestión del conocimiento pero aclara que “el 70% del financiamiento se gasta en el desarrollo de investigación científica. En tanto que el 30% restante se asocia a la gestión del conocimiento”.
“En esto último, tenemos una labor muy clara, relacionada a un plan de transferencia del conocimiento que intenta vincularnos con el entorno en tres ámbitos de impacto: la educación, el sector productivo y tomadores de decisión, y el público general. Es aquí donde tenemos enfocado nuestro trabajo, pero además buscamos tener un impacto en el territorio”, agrega.
Beneficiarios de la ciencia
El crecimiento del centro científico CEAZA es evidente para muchos y la forma más visible de esto, es la diversidad de públicos a los que se ha logrado apoyar con nuevos conocimientos, consiguiendo, de esta manera, fortalecer las competencias de diversos sectores productivos de la región. Todo lo anterior como producto del constante esfuerzo de la institución de ampliar su alcance y conseguir un impacto a mayor escala dentro del territorio.
Vásquez cree que ha habido un cambio en la confianza de parte del mundo empresarial y político hacia el rol que cumple la ciencia y en este caso el trabajo que realiza CEAZA. “Recién nos estamos dando cuenta de esto, porque estamos en un proceso de planificación estratégica cuya etapa de diagnóstico nos ha permitido conocer cuáles son las expectativas del entorno con respecto a nuestro trabajo y cuál es la percepción que tiene el entorno de nosotros, y nos hemos encontrado con resultados muy interesantes, que demuestran una buena percepción e imagen del centro tanto interna como externa”.
Dentro de los beneficiarios de la labor CEAZA hay autoridades, agricultores, operadores turísticos, escolares, investigadores de otros centros y/o universidades, entre otros; algunos de los cuales han manifestado su interés y conformidad con el aporte otorgado por el centro.
Noris Villarroel, profesora de Biología del Colegio Leonardo Da Vinci, tiene a cargo un grupo de estudiantes que ha participado en diferentes competencias científicas nacionales e internacionales, con el apoyo CEAZA. Ella relata que solicitó ayuda a uno de los investigadores del Centro Científico para obtener mejores resultados de su participación en la Feria Antártica Escolar (FAE). Los profesionales del CEAZA que la asistieron, reforzaron la teoría de sus estudiantes y les permitieron usar los invernaderos de la institución, así como también algunos instrumentos de medición.
“El apoyo de los científicos asesores ha sido muy significativo, ya que han planteado nuevas ideas de proyecto, pero a la vez han permitiendo que los alumnos expresen sus conocimientos, propongan nuevas ideas a partir de la suyas y proyecten la investigación a otras iniciativas”, asegura.
Señala además que ha sido importante para responder a uno de los objetivos postulados por el Ministerio de Educación, que incentiva el “aprender haciendo”. “A veces esto requiere de herramientas, instrumentos y tecnologías que es poco probable encontrar en un colegio. Entonces que los alumnos puedan conocer tecnologías más avanzada es muy importante”, declara.
El CEAZA ha iniciado una línea de divulgación de la ciencia vinculada al turismo, cuyo objetivo es transferir el conocimiento científico a diversos públicos utilizando como canal la actividad turística.
El presidente de la Asociación de Servicios Turísticos de la Región de Coquimbo (Asertur), Cristian Clavero, sostiene que el trabajo desarrollado por CEAZA en el sector turístico ha sido un gran aporte. “Potencia nuestra actividad en el sentido que aporta e incrementa el conocimiento que nosotros entregamos a los turistas y por ende, mejora la calidad de nuestros servicios, la experiencia turística y los estándares del turismo a nivel regional”, afirma.
El sector agrícola también se ha visto fuertemente apoyado por los conocimientos generados y entregados por el centro. En este contexto, el presidente de la Junta de Vigilancia Río Grande Limarí y sus afluentes, Eugenio González del Río, cree que fue un acierto haber decidido crear un centro de investigación en zonas áridas.
“Nosotros no podemos seguir trabajando en los términos en que lo hemos hecho históricamente, ya que la disponibilidad de agua cada día es menor y requerimos de estudios importantes. Uno de los aportes relevantes del CEAZA ha sido la instalación de estaciones meteorológicas automáticas a lo largo de toda la región, pues nos permite no sólo resolver problemas del día sino que también genera gran cantidad información que estará disponible para las generaciones que vienen, información que ahora no existe”, señala.
Inversión I + D en Chile
Aun cuando el país ha experimentado tímidas alzas en la inversión que realiza en Investigación y Desarrollo (I + D), es evidente que el país sigue en deuda en esta materia considerada como una arista clave para alcanzar el desarrollo.
De acuerdo a datos recopilados en la última encuesta sobre Gasto y Personal en I+D del Ministerio de Economía, en 2013 la inversión en I+D en el país llegó a $530.292 millones, lo que representa un aumento de 9,4% en comparación con 2012. Sin embargo, equivale sólo a un 0,39% del PIB, versus a los 2,4% del PIB del promedio de los países OCDE.
En esta línea, es que el centro CEAZA ha participado en diferentes instancias buscando darle solución real al inestable soporte que tiene hoy la ciencia en Chile.
La realidad que viven actualmente los centros de investigación es que deben sustentar su funcionamiento en base a financiamientos concursables, que se abren cada cierto tiempo otorgándole la posibilidad a las instituciones de mantenerse unos años más en marcha.
El gerente de CEAZA señala que “hemos participado activamente en la Comisión de Desafíos del Futuro del Senado de la República de Chile, proponiendo políticas de financiamiento permanente para unidades de investigación regionales. Asimismo, hemos participado en la comisión de descentralización presentando una propuesta en la misma línea”.
Aporte a la cultura científica
De acuerdo a los planteado por Claudio Vásquez, el CEAZA tiene un efecto multiplicador dentro de la región, que espera aumente no sólo en este territorio, sino que llegue más al norte, conservando por supuesto la mirada de zonas áridas. “Todo el trabajo de CEAZA se traduce en una contribución directa a la ciencia y/o a la cultura científica. Entendiendo y mostrando cómo la ciencia puede tener un impacto en la vida, en el rol del ciudadano, en la toma de decisiones”, indica.
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