Un grupo de investigadores del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), en conjunto con el Consejo de Pueblos Atacameños (CPA), desarrollan una iniciativa que busca poner en valor la Quínoa local mediante su caracterización funcional, la introducción de productos de alta calidad y el fortalecimiento de capacidades para la gestión comercial.
El proyecto se ejecutará durante dos años en la Región de Antofagasta con financiamiento de la Fundación para la Innovación Agrícola (FIA) del Ministerio de Agricultura, que busca impulsar proyectos orientados a la valorización de productos con identidad territorial y que contribuyan a mejorar la competitividad de la agricultura familiar campesina.
La propuesta, dirigida por la Dra. Luisa Bascuñán, especialista en fisiología vegetal del CEAZA, se titula “Valorización de la Quínoa Atacameña a través de su caracterización, elaboración de productos funcionales y cadenas de comercialización”, y tiene por objetivo rescatar el cultivo de la Quínoa y otorgarle un valor agregado como producto alimenticio.
Entre los datos develados en la primera etapa de proyecto surge que, dentro de estas dieciocho comunidades que componen el CPA, aun hay personas que saben cómo cultivar Quínoa (cuándo sembrarla, cómo sembrarla, cómo cosecharla, cómo lavarla y dejarla lista para servir), pero en su mayoría son adultos cercanos a las tercera edad, ya que las generaciones más jóvenes han sido atraídas por actividades como el turismo y la minería. Esto ha provocado que se pierda, en parte, esta tradición.
El Dr. Rodrigo Álvarez, especialista en bioquímica del CEAZA y encargado de la transferencia de conocimientos del proyecto, comenta que “dentro de las comunidades atacameñas hay algunas que tradicionalmente han cultivado la Quínoa, pero también hay otras que nunca lo han hecho” y añade que “ellos han mostrado su interés de impulsar esta forma de cultivo. Para ellos este trabajo tiene un valor distinto, significa volver a cultivar un grano ancestral dentro de las comunidades, es decir, es rescatar una tradición olvidada”.
Otra de las razones por las cuales las comunidades atacameñas han manifestado su interés por la Quínoa, es porque se trata de un tipo de cultivo con alta capacidad de resistencia y adaptación a condiciones adversas (se puede cultivar en situación de sequía); es un alimento con alto valor nutricional (es rico en aminoácidos esenciales para la generación de proteínas necesarias para el organismo humano); y tiene alto potencial de comercio gracias a la creciente demanda mundial.
Compromisos del proyecto
Entre los objetivos que contempla la iniciativa, está el establecimiento e implementación de una planta de prototipos de productos en base a Quínoa, que trabajará el grano de manera piloto hasta que finalice el proyecto. Sumado a ello, gestionarán los permisos necesarios para su buen funcionamiento (patente comercial y resolución sanitaria). Esto permitirá a las comunidades aumentar la competitividad de sus productos y las posibilidades de ofertar a otros mercados.
Dicha planta buscará trabajar dos productos, uno, que le dará una nueva cara a la Quínoa a través del diseño de un envase apropiado para su conservación, con un logo y una marca que lo identifique. Asimismo, será incorporada una etiqueta informativa (en ambos productos) con los perfiles nutricionales de la Quínoa. Para ello, la académica del departamento de Ingeniería en Alimentos de la Universidad de La Serena y coordinadora alterna del proyecto, Dra. Vilbett Briones, está realizando análisis proximales (identificación de cantidad de aminoácidos, antioxidantes, sales minerales, aceites esenciales, entre otros) que le permitirán obtener datos relevantes acerca de este seudo cereal.
“La idea es que la gente sepa qué está comiendo y los nutrientes que le está aportando. Además, queremos incluirle un origen a la Quínoa, es decir, que el consumidor sepa quién cultiva y cosecha el producto”, explica Álvarez.
El segundo producto a cargo de la Dra. Briones, consiste en generar una Quínoa precocinada, es decir, lista y libre de todos los tratamientos previos que requiere para ser consumida.
Cabe destacar que CEAZA tiene una sede permanente en San Pedro de Atacama, lugar desde donde la gestora de proyecto, Leticia González, coordina y gestiona cada una de las acciones contempladas para el logro de estos objetivos.
Hitos cumplidos
El primer hito cumplido fue el levantamiento de información primaria dentro de las comunidades, esto permitió la recopilación de antecedentes para el estudio de pre-inversión. Con ello se pudo determinar cuáles eran los mercados de Quínoa (dónde se puede ofrecer y a quiénes). También se obtuvo información acerca de los proveedores de Quínoa en la zona, en este contexto se supo que la Quínoa que se vende en San Pedro de Atacama es peruana y boliviana, y no se utiliza la Quínoa atacameña. Asimismo, se conoció el interés de los locales de que el producto no tan sólo satisfaga al mercado sino que también a sus propias comunidades.
En este momento el proyecto se encuentra en etapa de elaboración del segundo producto, incluso ya se han hecho pruebas y degustaciones para conocer y definir un buen resultado de la llamada “Quínoa lista para consumir”. En adelante lo que queda es implementar la planta procesadora de alimentos, definir algún sector cercano a San Pedro de Atacama para establecer la planta y hacer la transferencia tecnológica correspondiente a los lugareños a través de capacitaciones.
El futuro de la planta procesadora
Según lo señalado por Rodrigo Álvarez, el equipo del proyecto estará a cargo del manejo y funcionamiento de la planta procesadora de alimentos hasta que finalice su ejecución. Luego, una vez que se hayan instalado las capacidades para su mantenimiento, esta quedará en manos del CPA, y serán ellos quienes decidan la forma de administración y la metodología de uso que tendrá en adelante.
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