Como parte del convenio de colaboración entre el centro científico CEAZA y Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH) en Zurich, el estudiante de doctorado e ingeniero civil de la Universidad de Chile, Álvaro Ayala, viajó a la ciudad de La Serena a concretar colaboraciones en proyectos científicos, trabajos relacionados con su tesis y posibles publicaciones científicas.
De acuerdo a lo señalado por Ayala, su vínculo con el centro de investigación CEAZA surgió producto del ofrecimiento de su tutora de tesis del ETH, quien le preguntó si le interesaba colaborar en el proyecto donde ella trabajaba junto a la Dra. Shelley MacDonell, investigadora a cargo del área de glaciología de CEAZA. “Mi tutora me preguntó si quería participar en esta iniciativa, ya que de ello podríamos obtener ideas interesante para mi tesis de doctorado, entonces acepté”, relata Álvaro.
En este contexto, se inició su aporte en un proyecto de investigación y se coordinó su viaje a Chile, el cual fue financiado por el proyecto FONDECYT de iniciación titulado “Entendiendo la respuesta del glaciar al cambio climático en Chile”, encabezado Dra. MacDonell.
La estadía del profesional en Chile tuvo dos propósitos esenciales. Primero, la realización de un taller a profesionales de la DGA, CEAZA y la Universidad de Chile, para enseñarles a usar un modelo hidroglaciológico de la ETH, denominado Topkapi.
“Este modelo ya se utilizó en varias cuencas hidrográficas (incluyendo Elqui y Aconcagua) de Chile, para determinar las contribuciones de glaciares, nieve y glaciares rocosos a las cuencas. También se ha utilizado en otros lugares del mundo”, explica MacDonell.
Ayala indica que utilizó los datos que maneja el área de glaciología de CEAZA y otras instituciones para poder aplicar el modelo a cuencas nacionales. Esto le permitió calcular la contribución de los glaciares, es decir, estimar cuánta agua viene de ellos.
“Mi colaboración se traduce básicamente en modelar las tasas de derretimiento y sublimación de glaciares en las zonas norteñas y centrales de Chile. Además debo calcular la contribución de estos glaciares al sistema de cauces”, precisa.
Añade además que este modelo es uno de los mejores que existe actualmente porque combina datos glaciológicos e hidrológicos; y relata que dentro su grupo de trabajo en la ETH ya lo han utilizado para escribir varios artículos científicos, por ello es que se inclinó a usar este y no otro modelo.
“Existen muchos modelos hidrológicos que calculan, a partir de la cantidad de precipitaciones, el total aproximado de agua que tendrá el río, pero no hay muchos que incluya a los glaciares en este proceso. Este modelo es uno de los pocos que sí lo hace y ayuda a entender en su totalidad la generación de escorrentía”, explica.
La segunda razón de su visita, estuvo relacionada con la coordinación y definición de temas para la elaboración de artículos científicos y sus posteriores publicaciones. “Uno de ellos ya está más o menos definido y consistirá en determinar las diferencias en un transecto, entre el Valle de Huasco y el Maipo, para conocer el gradiente de derretimiento y sublimación de algunos glaciares en Los Andes. Otro artículo tratará acerca de la aplicación del modelo antes mencionado”, asegura la Dra. MacDonell.
La primera publicación en particular estaría directamente relacionada con la elaboración de la tesis de doctorado de Álvaro y formaría parte de una de las tres publicaciones científicas que se comprometen como parte de este trabajo académico.
Resultados preliminares
A través de la aplicación del modelo hidroglaciológico en algunas cuencas chilenas, se ha logrado obtener algunos resultados preliminares. En el caso de la cuenca del glaciar Tapado, el modelo Topkapi, fue capaz de simular correctamente el régimen hídrico.
“Los resultados sugieren que la gran cantidad de detritos acumulados sobre las partes más bajas del glaciar Tapado aíslan al hielo de las condiciones atmosféricas y atenúan el derretimiento. Por otro lado, las partes más bajas del glaciar descubierto son las que más se derriten durante el verano”, explica Ayala.
Álvaro comenta además que “si bien los resultados preliminares son promisorios, aún hay varias características de los glaciares de los Andes que es necesario incorporar a nuestros modelos, por ejemplo la sublimación de nieve en las partes altas y la contribución hidrológica de los glaciares rocosos”.
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