Con la presencia de un centenar de personas se realizó el Seminario Internacional: “Experiencias de Uso Sustentable del Recurso Hídrico en Zonas Áridas”, actividad organizada por la Secretaría Regional Ministerial de Medio Ambiente, en el marco del proyecto “Usos de Servicios Ecosistémicos del Recurso Hídrico” del Fondo de Cooperación Chile-México.
En la ocasión el Dr. Nicolas Gouin, investigador CEAZA especialista en ecología molecular, expuso algunos de los resultados preliminares obtenidos dentro del proyecto FONDECYT titulado “Genética y epigenética del paisaje del insecto acuático Andesiops torrens dentro de una cuenca agrícola chilena”, con el cual se busca evaluar el impacto de la actividad agrícola sobre la calidad del agua y la fauna acuática.
Actualmente en la cuenca del Limarí hay una importante actividad agrícola que conlleva el uso de fertilizantes y plaguicidas. En este contexto, la hipótesis del trabajo plantea la posibilidad de que exista contaminación del agua, sobre todo después de las lluvias. En esta línea, lo que se pretende es cuantificar y evaluar la posible contaminación, y también evaluar los posibles efectos de esta sobre los organismos acuáticos.
En total fueron muestreados 30 sitios dentro de la provincia, que permitieron describir el hábitat y medir parámetros físicos químicos. En laboratorio se midió la presencia de metales pesados, Nitratos y posible contaminación por pesticidas. Asimismo, en terreno se utilizó un kit manual de detección de contaminación (por Antrazina y organofosfatos), con el fin de evaluar su efectividad (validarlo) y saber si en el futuro puede ser utilizado por la ciudadanía.
Además, a nivel biológico se han muestreado larvas de un insecto acuático (Andesiops torrens), que es un bioindicador de calidad del agua. “Nos interesa ver el impacto sobre los organismos acuáticos y en general de estos ecosistemas, principalmente porque proveen de servicios ecosistémicos al hombre y son importantes hábitat para la biodiversidad”, señala el investigador.
Con los análisis realizados a la fecha se ha observado que existe una correlación entre la cantidad de áreas cultivadas y la concentración de Nitrato en el agua. “Si se observan los datos de análisis de agua referentes a la cantidad de nitrato en función de la zona cultivada, se puede ver que hay una relación significativa que indica que la concentración de nitrato aumenta con el incremento de la zona cultivada; por lo tanto hay más nitrato río abajo que río arriba. Este resultado indicaría un impacto antropogénico”, asegura el experto.
También se evaluó el efecto potencial sobre este organismo acuático a nivel genético-poblacional para conocer si se detecta una disminución de la diversidad genética (ejemplo biodiversidad a nivel poblacional) en función de la concentración de nitrato en el agua. En este caso la tendencia observada es que disminuye la diversidad genética dentro de estas poblaciones cuando aumenta la concentración de nitrato, y eso, sin que otros parámetros importantes de la calidad del agua como la concentración de oxígeno disuelto o la temperatura confundan esta relación. “Por lo tanto, estos resultados sugieren un efecto potencial de la actividad agrícola sobre este organismo. Sin embargo, esto no significa que el patrón observado se deba directamente a la concentración de nitrato, sino que sirve para indicar que puede ser un efecto de la actividad antropogénica”, aclara el investigador.
Contaminación por pesticidas
Por el momento, dentro de los estudios no se ha logrado detectar (químicamente) concentraciones elevadas de pesticidas en el agua. Sólo se hallaron trazas (muy bajas concentraciones) de los herbicidas Atrazina y Propazina. En tanto, con los kit, para Atrazina salió 100% negativo, mientras que para organofosfatos hubo un 50% de señales positivas. No obstante estos resultados no han sido validados por el análisis químico.
“Por ahora aún queda la duda (hasta que finalicen las pruebas) si es que hay contaminación por plaguicidas, ya que no se ha podido detectar con el protocolo de estudio usado o cabe la posibilidad de que simplemente no haya contaminación en agua”, explica el investigador.
Según Nicolas Gouin, empieza a hallarse evidencia de un cierto impacto antropogénico sobre el ecosistema acuático pero todavía queda mucho por hacer. “Aún debemos elaborar análisis estadísticos más robustos; analizar la diversidad genética con herramientas adicionales (que ya se están trabajando); y volver a terreno para detectar una eventual contaminación por plaguicidas, usando esta vez muestras de sedimento y también validar el uso de los kits de detección manuales, ya que estos pueden ser una herramienta efectiva de monitoreo de la calidad del agua para los ciudadanos”, sostiene.
Encuentro internacional
La actividad tuvo por objetivo intercambiar experiencias entre México y la Región de Coquimbo, para mejorar capacidades internas y redes de colaboración entre la sociedad civil, educadores, empresas y organizaciones gubernamentales, que permitan potenciar nuevas acciones locales para la adaptación a los efectos del cambio climático con un enfoque en el uso sustentable del recurso hídrico. Dicho encuentro contó con la participación la Seremi de Medio Ambiente de la Región de Coquimbo, Verónica Pinto, y una delegación proveniente de México.
“A través de las políticas públicas esta región se ha planteado un desafío, que es conseguir que los beneficios de este tipo de colaboraciones lleguen a todos los hogares, generar nuevas y reales oportunidades, con el objeto de derrotar el cambio climático y que tomemos decisiones de forma mancomunada para asegurar a las actuales y futuras generaciones al acceso del recurso hídrico”, declaró la Seremi.
Por su parte, Ana Luisa Toscano, Subdirectora del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (CECADESU) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, destacó como uno de los factores claves y estratégicos a considerar para el trabajo con las comunidades, el fortalecimiento de capacidades, ya que ello empodera a la población y les da mayores posibilidades de ser parte de la toma de decisiones.
Asimismo, hizo hincapié en la importancia de desarrollar proyectos contextualizados a sus propias realidades.
“Si bien es cierto que la experiencia global nos unifica, es fundamental detectar las problemáticas en su contexto, en este sentido, destaca la importancia del enfoque territorial ya sea en cuanto a la ocupación del territorio, uso y manejo de los recursos, formas de acceso, formas de administración, entre otros, pues ello permite reconocer claramente las vulnerabilidades puntuales de los territorios y trabajar en torno a estas”, explica.
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