Se trata de una iniciativa financiada con recursos del Gobierno Regional que apunta a monitorear y modelar los caudales en las cabeceras de ríos y aguas subterráneas.
El proyecto se denomina “Monitoreo y modelamiento hidrológico de cabeceras de ríos y aguas subterráneas, para la toma de decisiones informada en la administración del recurso hídrico, de la Región de Coquimbo”. Esta idea es ejecutada por el centro científico CEAZA y busca monitorear el deshielo en las cabeceras de ríos, como una forma de colaborar a la mejor administración del agua río abajo.
Este trabajo es financiado a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R), y ejecutado por el Centro Científico CEAZA, fue presentado a la comunidad hace unos días en el Centro Cultural Santa Inés de La Serena.
Sobre las iniciativas en materia hídrica financiadas con recursos regionales, el Intendente Claudio Ibáñez señaló que “nuestra región fue la más afectada por la escasez hídrica de los últimos años y hoy es la que tiene mayor superficie amenazada por el proceso de desertificación. Por eso es que como Gobierno Regional hemos intensificado la inversión en proyectos de innovación que apunten a enfrentar esta realidad regional con la que tenemos que aprender a vivir, usando bien el agua de nuestros valles y cuencas a través de una estrecha colaboración con toda la comunidad”.
Conductividad y modelos predictivos
Según el Dr. Eric Sproles, director del proyecto, en la labor se han incluido mediciones de conductividad del agua o estimación de cantidad de minerales presentes en el recurso.
“Hemos observado entre la alta cordillera y los valles que la conductividad sube en la medida que disminuye la altura. También la conductividad cambia entre años, lo que podría aportar a datar la antigüedad del recurso”.
Además, se contempla la ejecución de un modelo que utiliza imágenes satelitales, con las que se pueden observar los cambios en la capa de nieve, para pronosticar la oferta del recurso hídrico.
“Lo que medimos es el tamaño de la cobertura de nieve, no su espesor, lo que podemos utilizar como representación confiable (proxy) de precipitación y deshielo que infiltra en el sistema. Además, estamos ocupando información histórica sobre capa de nieve y caudal. Con eso podemos pronosticar con un mes de anticipación la cantidad de agua que ingresará a La Laguna, por ejemplo.”
El científico agregó que las precipitaciones que caen en forma de nieve en la cordillera demoran alrededor de unos seis meses en ingresar al sistema, con los deshielos. De esa manera el caudal aumenta.
Nueva mirada para la planificación del recurso
Carlos Olavarría, director ejecutivo del CEAZA, destacó que este trabajo es una nueva mirada sobre la administración del recurso hídrico en la región, al enfocarse en las cabeceras de los ríos, en el origen del agua que después se maneja para los diversos usos humanos, productivos, etc.
Coincide en la novedad del enfoque la Secretaria Regional Ministerial de Obras Públicas, Mirtha Meléndez, quien además enfatizó en que la realidad de nuestra zona es de aridez, por lo que el conocimiento que generaría este estudio es fundamental para saber qué está ocurriendo en las cabeceras de las cuencas de la zona.
“Allí tenemos los embalses naturales y eso es lo que debemos conservar y cuidar. Esta información temprana es fundamental para planificar, tener cuidado y optimizar los recursos que tenemos”, asegura.
Avances FIC Barreras de Nieve
En la actividad de lanzamiento también se mostraron los avances del proyecto FIC “Investigación áreas potenciales e implementación de barreras de nieve”, dirigido por la Dra. Shelley MacDonell (CEAZA) que además colabora en el proyecto del Dr. Sproles.
Según se informó, a la fecha se han instalado dos de las cuatro barreras contempladas en la iniciativa: una en el Valle del Choapa (Tranquilla) y otra en Limarí (Río Hurtado). Las otras dos (Elqui y también Limarí) se levantarán luego del período de deshielos. Este proyecto evalúa la factibilidad de disminuir la sublimación (paso del agua del estado sólido al vapor) de la nieve que se pierde como recurso hídrico líquido en la cordillera, junto con estimar la factibilidad de un sistema de incremento de acumulación de nieve en toda la zona andina de la Región de Coquimbo.
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